EL REGRESO DE MARY POPPINS de Disney tendrá su estreno en España el próximo 21 de diciembre después de recibir 4 nominaciones a los Globos de Oro: mejor película comedia, mejor actriz (Emily Blunt), mejor actor Lin-Manuel Miranda) y música, y seguro que será una de las películas de estas navidades. El filme es un musical totalmente nuevo, en el que Mary Poppins vuelve para ayudar a la siguiente generación de la familia Banks a encontrar la alegría y la magia que faltan en sus vidas tras una trágica pérdida personal.
La película está dirigida por el realizador especialista en musicales Rob Marshall (Chicago, Memorias de una geisha, Into the Woods) a partir de un guion de David Magee (La vida de Pi, Descubriendo Nunca Jamás) y una historia adaptada de Magee & Rob Marshall & John DeLuca basada en las Historias de Mary Poppins de PL Travers, y protagonizada por: Emily Blunt como Mary Poppins; Lin-Manuel Miranda como Jack; Ben Whishaw como Michael Banks; Emily Mortimer como Jane Banks; Julie Walters como Ellen; Pixie Davies, Nathanael Saleh y Joel Dawson como los niños de los Banks; con Colin Firth como William Weatherall Wilkins; y Meryl Streep como la prima Topsy.
EL REGRESO DE MARY POPPINS está producida por John DeLuca, p.g.a., Rob Marshall, p.g.a., y Marc Platt, p.g.a., con Callum McDougall como productor ejecutivo. La película presenta canciones originales completamente nuevas con música de Marc Shaiman y letras de Scott Wittman y Shaiman, así como una banda original de Shaiman.
Además, la familia intenta recuperarse de la reciente muerte de la esposa de Michael. La casa está en mal estado y reina el caos, a pesar de los esfuerzos de Ellen (Julie Waters), su poco eficiente pero bien intencionada ama de llaves. Los niños, enfrentados a la dura realidad y a la carga de la pérdida de su madre, tienen que asumir responsabilidades de adultos y se ven obligados a crecer demasiado deprisa.
Su hermana Jane ha heredado el entusiasmo de su madre por las buenas causas y, aunque se dedica a promover los derechos de los trabajadores, encuentra tiempo para ayudar a Michael y a su familia siempre que puede. Además de sobrellevar su propia tristeza, a Michael le resulta cada vez más difícil comunicarse con sus hijos. Al mismo tiempo, el presidente del banco, el Sr. Wilkins, que se muestra como un mentor considerado y altruista de Michael, es en realidad un hombre retorcido y astuto que ha puesto en marcha la ejecución hipotecaria de la casa de los Banks que hunde aún más a Michael.
Afortunadamente, las cosas empiezan a cambiar y la enigmática niñera dotada de habilidades mágicas que puede convertir cualquier tarea aburrida en una aventura fantástica, vuelve a entrar en Las vidas de la familia Banks, y sin haber envejecido absolutamente nada. Mary Poppins recurre a su viejo amigo Jack, un encantador y optimista farolero y emprenden con los hijos de los Banks una serie de extraordinarias aventuras en compañía de personajes tan pintorescos como la excéntrica prima de Mary, Topsy, y su pandilla de entrañables faroleros, que vuelven a inundar su hogar de vida, amor y risas.
Tras la exitosa colaboración con Marshall, su socio productor John DeLuca y el productor Marc Platt en "Into the Woods", Disney estaba deseando trabajar con los realizadores en otro proyecto y sugirió hacer una secuela de uno de sus títulos más preciados, "Mary Poppins". Y resultó que la película tenía un significado muy especial para todos ellos.
“‘Mary Poppins fue la primera película que vi de niño y marcó el inicio de mi pasión por el cine de aventuras y fantasía y por los musicales", dice Marshall. “Pero cuando me lo dijeron me dio bastante miedo. ¿Cómo se hace una secuela de una película tan icónica? Pero también me entusiasmó la idea de asumir un proyecto de esta envergadura... No había tenido nunca la oportunidad de crear un musical original para el cine”.
Marshall continúa diciendo: “Esta es sin lugar a dudas la película más personal que he hecho. Trata sobre recuperar al niño que llevamos dentro y tener esperanza en un momento muy complicado. También me parece muy oportuna teniendo en cuenta el clima actual que impera en el mundo".
Fue en 1934 cuando la escritora PL Travers dio a conocer a esta sensatísima niñera en su libro infantil "Mary Poppins". En los siguientes 50 años, escribió siete libros más que atesoran un sinfín de aventuras mágicas con la enigmática institutriz ("Ha vuelto Mary Poppins", "Mary Poppins abre la puerta", "Mary Poppins en el parque", entre otros). En los libros, la institutriz, armada con su paraguas y que tiene respuesta para todo, imparte sus enseñanzas como sólo Mary Poppins puede hacerlo.
En lo que se refiere a la narrativa de la película, Marshall imaginó una historia original con un mensaje emotivo y profundo, pero sin olvidar la magia y la fantasía de las aventuras mágicas. "Era evidente que se había muchas historias que contar", afirma Marshall. Y añade: "Una vez que leímos todos los libros, los combinamos haciendo hincapié en el tema recurrente de Travers. La escritora afirma que cuando llegamos a la edad adulta, nos volvemos cínicos e incrédulos y olvidamos cómo se ve la vida a través de los ojos de un niño”.
David Magee, el guionista que ha sido nominado al Premio de la Academia® en dos ocasiones ("Descubriendo Nunca Jamás", "La vida de Pi"), se incorporó al proyecto para escribir el guion. Junto con Marshall y DeLuca, elaboraron una historia totalmente original ambientada en la época de la Depresión en Londres a mediados de los años 30 (el período real de los libros de PL Travers), y 25 años después de los acontecimientos que tuvieron lugar en la primera película. Aunque Jane y Michael Banks son niños en todos los libros de Travers, eligieron crear una nueva narrativa que giraría en torno a Michael y Jane de adultos.
Magee afirma: “Cuando nos sentamos por primera vez y empezamos a hablar de esto con John DeLuca y Rob Marshall nos dimos cuenta inmediatamente que hablábamos el mismo idioma. Todos recordábamos esa película de nuestra infancia con el mismo cariño, y terminábamos las frases de los demás, añadiendo ideas. Así que al final de nuestra primera reunión, estaba claro de que íbamos a trabajar juntos”.
“Lo interesante de los libros de PL Travers es que cada capítulo es una aventura independiente que comienza con Mary Poppins y los niños cuando empieza el día", sigue diciendo Magee. “Se lanzan a vivir una aventura, y cuando acaba el día ella niega que haya sucedido. Y al día siguiente vuelve a pasar. Queríamos elaborar una historia que incorporara esos elementos en una narrativa original”.
Mary Poppins incluyó en los libros pequeñas máximas, comentarios que hacía sobre la capacidad de maravillarse y creer en lo imposible, y Magee, Marshall y DeLuca revisaron todas las páginas de los libros de Travers para encontrar los mejores. “Los llamamos ‘Mary Poppismos’, dice Magee, “cosas que ella decía y que sólo ella podía pronunciar. ‘Todo es posible, incluso lo imposible", es la filosofía de PL Travers, y se convirtió en una frase importante de nuestra película”.
“La película cuenta cómo se puede salir de una situación muy difícil y encontrar alegría y esperanza en un momento complicado, y Mary Poppins es la clave de eso", dice el productor Platt, nominado al Oscar® y ganador del Emmy® y el Tony® ("La ciudad de las estrellas (La La Land)", "El puente de los espías”). “Los niños de los Banks viven en un hogar sin una madre, así que en la casa reina una sensación de soledad y tristeza, a imagen de lo que ocurre en el exterior. Así que tener esperanza en momentos difíciles nos pareció muy contemporánea”.
Marshall añade: "Es fundamental ver las cosas desde un ángulo diferente, y Mary Poppins lo sabe y ayuda a que los niños lo comprendan”.
“Quisimos mantener la esencia de la obra de Travers incorporando el estilo clásico y la belleza de los libros y continuar así con el legado de los mundos maravillosos que ella creó", dice el productor DeLuca, ganador del Emmy® y nominado a los Globos de Oro. “Vivimos en una época en que la gente necesita tener esperanza. Todos podrían incluir a una Mary Poppins en sus vidas en este momento”.
Pero sin los actores adecuados para dar vida a esa magia, el trabajo sería en vano. Para el papel de esta niñera tan peculiar y enigmática, los realizadores tenían una persona en mente: Emily Blunt.
“Emily es una magnífica actriz. Además es divertida y cariñosa además de muy sensible. Además sabe cantar y bailar", dice Rob Marshall. “En realidad, Mary Poppins es un personaje muy estricto y reservado por fuera, pero por dentro es entrañable y cariñosa. Emily supo interpretar todos esos matices con precisión y sofisticación”.
El director había trabajado con Blunt en "Into the Woods" y la conoce bien. “Sé de lo que es capaz... comprendo su humor... nos llevamos muy bien", explica. “Emily creó su propia versión del personaje de forma original y muy especial, centrándose más en la Mary Poppins de los libros", dice Marshall. La verdad es que no sé quién hubiera podido interpretar el papel aparte de ella”.
Blunt, cuyos créditos más recientes incluyen "Un lugar tranquilo" y "La chica del tren", trabajó con Marshall, John DeLuca y Marc Platt en "Into the Woods" y con Platt en "La chica del tren”. La actriz se sintió halagada cuando le propusieron el papel protagonista. Sabía muy bien que era un gran desafío, pero esa es una de sus condiciones a la hora de aceptar un papel. La actriz dice: "Rob Marshall me presentó el personaje de una manera muy interesante. Me dijo que Mary Poppins tenía un plan maestro enigmático, que era presumida y estilosa, pero también muy divertida.
“Es el personaje más empático que he interpretado", dice la actriz ganadora de los Globos de Oro. “No hay nada manipulador en su generosidad. No espera nada a cambio; lo convierte en un viaje de autodescubrimiento para el espectador, la familia de los Banks. Y después desaparece. Creo que esa es la mejor forma de empatía, reconocer lo que la gente necesita y dárselo sin esperar nada a cambio”.
Como director, Marshall también sabe lo que necesitan las personas... sobre todo los actores. Sabe cómo hacer que los actores y sus actuaciones cobren vida y les da confianza en sí mismos, creando un entorno en el que pueden dar lo mejor de sí mismos. “Rob sabe cómo llegar a las personas y sacar lo mejor de sí mismos", explica DeLuca. “Tiene muy buena relación con sus actores y consigue que den lo mejor de sí mismos”.
“Rob es meticuloso en todos los aspectos de la producción. Le gusta trabajar en equipo, escucha y le preocupa todo. Entiende a los seres humanos a nivel molecular", dice Blunt. “Entiende el material con tanta profundidad que no tienes que pensar en nada ni trabajar demasiado, porque él ya ha pensado en todo”.
Un nuevo personaje de EL REGRESO DE MARY POPPINS es uno de los antiguos compañeros de Mary. “Creamos este personaje de Jack el farolero, que literalmente, y metafóricamente, ilumina Londres en un momento oscuro", dice Marshall. “Es un hombre optimista que ve la luz, incluso en la oscuridad, y que se aferra a ese maravilloso espíritu infantil”.
“Una de las cosas más satisfactorias de esta película fue contar con Lin-Manuel Miranda para el papel de Jack", continúa diciendo Marshall. “Aporta un estilo tremendamente interesante y contemporáneo a la película. Todo el mundo sabe que es un excelente compositor y escritor. Pero además es un magnífico actor y un maravilloso cantante y bailarín con un espíritu puro difícil de encontrar”.
El actor es conocido por sus papeles en los escenarios teatrales ("Hamilton", "In the Heights"), ha ganado del Premio Pulitzer -Premio Tony®- y el GRAMMY® y se mostró emocionado por la oportunidad de crear un papel en la pantalla. “Este personaje tiene algo muy mágico", dice Miranda. “Jack se ocupa de las luces de Londres, pero también vive todas esas increíbles aventuras con Mary Poppins y aporta luz a todos los que lo rodean, especialmente a los niños”.
En los años 30, los faroleros como Jack eran responsables de apagar las farolas de gas por la mañana y volver a encenderlas por la noche, en todo Londres. Estos faroleros se desplazaban en bicicleta con escaleras para subirse a los postes de luz para llegar a los encendedores de gas. En 2016, durante el rodaje de la película, todavía funcionaban en Londres más de 2.500 farolas de gas.
Miranda no tardó en sumergirse en el mundo de PL Travers. Su personaje fue en su momento aprendiz de Bert, el personaje de Dick Van Dyke en la primera película, y Jack, al igual que Bert, sigue conservando la imaginación de un niño.
“Lin es increíble", dice Blunt. “Está muy seguro de sí mismo y tiene una alegría contagiosa. Además se da en cuerpo y alma en todas las situaciones que se le presentan. Ya sea deslizándose por las escaleras o subiendo al Big Ben o colgándose boca abajo, se entusiasma con todo. Y eso es lo que necesitábamos para un personaje como este que transmite magia”.
La actriz sigue diciendo: "Jack y Mary Poppins están más o menos conchabados. A pesar de que él no pertenece a su mundo, lo entiende y es muy bueno convenciendo a los niños para que la acompañen. Así que se produce una química maravillosa. No hay nada romántico entre ellos, sólo son espíritus afines”.
Ben Whishaw, uno de los mejores actores de su generación ("SPECTRE", "A Very English Scandal"), fue elegido para encarnar a Michael Banks de adulto. Mary Poppins vuelve para ayudar a Michael, que ha perdido el rumbo, y una vez allí se da cuenta de lo mucho que la necesitan. Michael y Jane recuerdan a Mary Poppins de cuando fueron niños; sin embargo, se han convencido de que sus aventuras mágicas con la niñera era fruto de la imaginación.
La primera película tuvo un enorme impacto en Whishaw cuando era niño. “Me quedaba embobado y la vi un millón de veces. Me sabía todas las letras de las canciones y me disfrazaba como ella y como todos los personajes y actuaba delante de mi familia. “Estaba emocionado y me intrigaba mucho la idea de una secuela, y cuando me reuní con Rob me encantó y me convenció lo que quería hacer con la historia... fue irresistible para mí”.
“Michael ha perdido a su esposa y los hijos a su madre, y nadie la ha reemplazado", dice Platt. “Michael está perdido y los niños, sobre todo los dos mayores, casi tienen que hacer de padres de él”.
Según DeLuca, Michael es el alma de la película, y la habilidad de Whishaw para transmitir la lucha y la transformación de su personaje fue extraordinaria. “Es muy inteligente y transmite tanta profundidad que no puedes evitar creer en él", dice.
La actriz Emily Mortimer ("La invención de Hugo", serie "The Newsroom”) encarna a Jane Banks. Aunque tenía algunas dudas sobre cómo interpretar la versión adulta de un personaje tan querido, fueron sus propios hijos los que la ayudaron a verlo desde otra perspectiva. “Al final, me centré en el espíritu de esa joven de la primera película que hizo una interpretación magnífica, e intenté no obsesionarme con ninguna de sus características físicas o peculiaridades. Vi videos de mis propios hijos de hace unos años y me di cuenta de que ahora son personas completamente diferentes físicamente”.
Mortimer tuvo la suerte de conocer a Karen Dotrice, la actriz que interpretó a la joven Jane Banks en la primera película y pudo hablar con ella sobre el personaje. Dotrice visitó el plató para rodar un cameo (dice una frase que seguramente hará sonreír a los fans de la primera película). “Cuando entramos por primera vez en la Calle del Cerezo, se quedó alucinada", dice Mortimer. “Se quedó sin habla. Fue maravilloso y muy emotivo”.
Julie Walters (“Mamma Mia”, las películas de “Harry Potter”) encarna a Ellen, el ama de llaves, que es una más de la familia Banks y que trabaja en el nº17 de la Calle del Cerezo desde que Jane y Michael eran niños. Colin Firth ("El discurso del Rey", "Kingsman: Servicio secreto") es William Weatherall Wilkins, del Fidelity Fiduciary Bank, el ejecutivo de banco más preocupado por su ambición que por la difícil situación que atraviesa la familia Banks. Meryl Streep ("Los archivos del Pentágono", "Into the Woods") es Topsy, la excéntrica prima de Mary Poppins, con ascendencia de Europa del Este, que tiene una relación complicada pero muy divertida con Mary, y cuya tienda de arreglos se pone patas arriba el "segundo miércoles" de cada mes.
Pixie Davies ("El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares", "Humans" de AMC) interpreta a Annabel, la brillante y audaz hija de Michael Banks; Nathanael Saleh ("Juego de tronos") es John, el inteligente y reflexivo hijo mayor de Michael; y el debutante Joel Dawson es Georgie, su enérgico hijo de 8 años. “Buscamos a estos niños por todo el mundo", dice Marshall. “Quería encontrar niños de verdad, no niños del mundo del espectáculo, que tuvieran dotes para actuar y cantar y bailar, pero que además aportaran frescura y sinceridad a sus papeles. Y lo cierto es que tuvimos mucha suerte”.
De todos los personajes, estos tres fueron los más difíciles de encontrar. “Queríamos que los niños tuvieran personalidades diferentes", dice DeLuca. Y añade: "La búsqueda fue larga pero son personajes muy importantes para nuestra historia. Afortunadamente, los actores que encontramos aportan mucho a la película”.
En la película también participan las leyendas de Disney, Angela Lansbury y Dick Van Dyke. La ilustre Lansbury, que protagonizó "La bruja novata" y la cinta animada "La Bella y La Bestia" para el estudio, interpreta a la mágica Vendedora de Globos, un personaje muy querido de los libros de PL Travers. Dick Van Dyke, que hizo "Mary Poppins", "Chitty Bang Bang", "Un beso para Birdie" y muchas otras películas, interpreta al Sr. Dawes, Jr., el presidente jubilado del banco que ahora dirige el personaje de Firth que es hijo del personaje que encarnó en la primera película.
A sus 92 años, Van Dyke tenía más energía que la mayoría de los actores y de los miembros del equipo. “Verlo trabajar era como asistir a una clase magistral", dice Miranda. Y añade: Entre tomas le bombardeaba con preguntas y me contó historias maravillosas. Fueron los días más inolvidables del rodaje”.
Según el productor Marc Platt: "Rob siempre quiso que la película tuviera una gran envergadura... y es lo que nos propusimos crear, y creo que lo hemos logrado”.
Lin-Manuel Miranda está convencido de que el director nació en la década equivocada. “Si Rob hubiera nacido durante la época de MGM, ya habría hecho 50 musicales", explica. “Es tremendamente difícil hacer una película musical de éxito. No me refiero a éxito financiero, quiero decir artísticamente, en donde se funden todas las disciplinas artísticas, la coreografía, la música, el baile, los números, las canciones... Cuando todo encaja, no hay un género más maravilloso”.
Marc Shaiman, ganador del Tony® y del GRAMMY® ("Hairspray", "South Park") y Scott Wittman, ganador del Tony y nominado tres veces al Emmy® ("Hairspray", "Smash") son grandes fans del género, y de la música que compusieron Richard M. Sherman y Robert B. Sherman en la primera película. Para Shaiman, componer una banda sonora completamente nueva y música para nuevas canciones y escribir las letras con Wittman, fue un sueño hecho realidad.
A Shaiman le cuesta expresar con palabras el profundo impacto que los hermanos Sherman han tenido en su carrera como compositor de música y de canciones. “La película y la banda sonora significaron muchísimo para mí cuando era niño y me enseñaron todo lo que sé sobre el cine", dice. “Las canciones de 'Mary Poppins' son, en una palabra, perfectas. La música y las letras se funden perfectamente. Son ingeniosas pero también muy emotivas, así que el listón estaba muy alto”.
El guion es una parte muy importante de cualquier musical, así que el dúo se incorporó para escribir la música y las letras cuando se estaba escribiendo el guion, lo que permitió que la banda sonora encajara a la perfección desde el principio. “Hacer un musical original de acción real fue muy emocionante. Fue maravilloso ver cómo las nuevas canciones tomaban forma, aprenderse la música, ver los ecos de la primera película en el increíble trabajo de Marc y Scott", dice Miranda, "y como alguien que ha formado parte del proceso de hacer musicales nuevos, fue un privilegio estar presente como actor y participar en todo”.
Wittman afirma: "La colaboración con el director y el guionista es muy importante, porque estas cosas solo funcionan si todos tenemos la misma visión. Rob es muy bueno porque cuando elabora algo te deja ver lo que le pasa por la cabeza y eso te ayuda a crear la parte musical”.
“Hay elementos de lo mejor de los hermanos Sherman, pero todo es de Marc Shaiman y Scott Wittman", dice Platt. “Sientes que estás en el mundo de Mary Poppins, pero al mismo tiempo es nuevo y fresco. Hay melodías pegadizas. Hay ingenio. Hay encanto, y las baladas encierran una poesía preciosa”.
Shaiman y Wittman crearon nueve canciones originales que ayudan al desarrollo de la trama y realzan a los personajes. “No nos alejamos demasiado del tono de la primera película", añade Shaiman. “Queríamos que pareciera que estábamos retomando la historia donde terminó la última película”.
Las nuevas canciones incluyen: la balada central de la película, "The Place Where Lost Things Go", una canción de cuna interpretada por Mary Poppins; el bullicioso número de music hall con Mary Poppins y Jack, "A Cover is Not the Book”; “Underneath the Lovely London Sky", el número de apertura que interpreta Jack, y una carta de amor a la ciudad; “Turning Turtle”, una secuencia musical extraordinaria interpretada por Topsy, la excéntrica prima de Mary; “A Conversation", una canción agridulce interpretada por Michael en la que intenta asumir su pérdida; y la deslumbrante “Nowhere to Go But Up” que pone punto y final a la película.
El vocabulario de los personajes es clave para elaborar un musical, y en su calidad de compositores, Shaiman y Wittman pudieron crear canciones que parecen de los años 30, sin dejar de ser modernas. En el gran número de canción y baile, "Trip a Little Light Fantastic", los faroleros tenían su propio lenguaje. “Lo llamamos idioma 'leerie'", dice Wittman. “Es una jerga de cockney que Mary Poppins habla bastante bien, al igual que Jack”.
“El elemento musical de esta película fue una gozada", dice Emily Blunt. “Formé parte del proceso desde el principio. Fue un maravilloso trabajo de colaboración. Rob está muy atento a las necesidades de los actores y tiene en cuenta su visión sobre los personajes”.
A Shaiman y Wittman les impresionó el talento y el esfuerzo de Blunt a la hora de elaborar su personaje. Wittman afirma: "Fue fantástico trabajar con Emily. Ella también trabajó muy duro. Salía de su clase de voz y venía a trabajar con nosotros directamente. Así que asistimos a sus progresos a medida que pasaban las semanas”.
Al igual que ocurre en todas las películas musicales de Marshall, el programa del rodaje exigía muchas horas de ensayo. Los ensayos de las canciones y de bailes del reparto tuvieron lugar en los platós de los Estudios Shepperton entre octubre 2015 y enero 2016. Marshall lo explica: “Marc y Scott escribieron varias versiones de canciones, exactamente igual que cuando se prepara un espectáculo en Broadway. Nos dieron tiempo para experimentar, trabajar y cambiar, para elaborar los números musicales y construir un musical original desde cero”.
“Yo vengo del mundo del teatro así que me sentí muy a gusto", dice Miranda. “Cuando haces una película, nunca tienes tanto tiempo para ensayar. De hecho tuvimos más tiempo que en la mayoría de los espectáculos de Broadway”.
La frecuencia y la intensidad de los ensayos de baile fueron especialmente cruciales, ya que los coreógrafos Marshall y DeLuca querían que la coreografía pareciera espontánea, como si hubiera crecido orgánicamente a partir de la historia y los personajes. “Se necesita mucho trabajo para hacer que algo parezca natural", dice Miranda, "pero es lo que hicimos y el resultado es extraordinario”.
Blunt añade: "Hay un gran número musical con Lin y yo llamado 'A Cover is Not the Book'. Fue probablemente el mayor número de baile que tuve que hacer. Empezamos a bailar el primer día de ensayos que duraron ocho semanas porque, como dijeron Rob y John, tienes que interiorizarlo. Tienes que interiorizarlo de tal forma que el día del rodaje, cuando estés vestido y con todo el equipo delante, no tengas que pensártelo y te sientas totalmente seguro... esa es la mentalidad de un bailarín. De ahí vienen Rob y John. Entienden que, cuando se crea un espectáculo como este, se necesita ensayar mucho”.
Marshall contrató a Mike Higham ("Into the Woods", "Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet") como productor ejecutivo de la música y supervisor de la música, para que trabajara en estrecha colaboración con Shaiman y Wittman y supervisara todos los ensayos de la música y las sesiones de grabación de las canciones y la banda sonora. Las pistas orquestales y las voces del reparto se grabaron previamente con una orquesta sinfónica de 82 instrumentos dirigida por el supervisor musical Paul Gemignani ("Into the Woods", "Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet") en los AIR Lyndhurst Studios de Hampstead.
Marshall quería asegurarse de que las voces de la película se integraran a la perfección en la película, así que las voces del reparto se volvieron a grabar, esta vez en directo en el set para reproducir la energía de las voces en directo. “Rob sabe mucho de música", dice Higham. “Tiene un gran oído y eso me facilitó mucho el trabajo porque podía hablar con él al mismo nivel, musicalmente. Así que cuando estábamos en las sesiones de grabación, pudo transmitir sus comentarios a los músicos en los términos apropiados en italiano (forte, pianissimo, etc.), lo que tiene un valor incalculable y es tremendamente difícil”.
Los galardonados diseñadores de sonido Reneé Tondelli (nominado al Oscar® por "Marea negra") y Eugene Gearty (ganador del Oscar por "La invención de Hugo”) supieron realzar los numerosos mundos de Poppins, desde el auténtico Londres de los años 30 a las estilizadas aventuras de Mary. Su trabajo en EL REGRESO DE MARY POPPINS revestía una gran dificultad debido a los numerosos aspectos musicales de la película musical original. Además de combinar el diálogo, las canciones en directo y las canciones pregrabadas, incorporaron sonidos de la época y crearon un "lenguaje de sonido" completamente nuevo para la secuencia de animación dentro de un tazón de porcelana Royal Doulton.
El montador Wyatt Smith, ACE ("Into the Woods", "Piratas del Caribe: En mareas misteriosas”) también se enfrentó a grandes dificultades. La dificultad residía en combinar perfectamente las escenas íntimas con las secuencias musicales a gran escala, supervisar efectos visuales muy complicados y coordinar la acción en directo y la animación, creando un flujo visual constante y un gran ritmo.
“La gente ama la música... la música no tiene filtro... trasciende el lenguaje. La música nos hace sentir cosas”, dice Platt. “La narración musical es una maravilla porque te permite ir a donde la vida real no suele llevarte, y la música es fundamental en EL REGRESO DE MARY POPPINS.”
El diseñador de producción John Myhre ("Chicago", "Memorias de una geisha"), ganador de dos Oscar®, está de acuerdo y afirma: "El número musical de apertura comienza con Jack en el dique del Támesis, justo cuando amanece. Van apareciendo el Big Ben y el Parlamento y después se interna en Londres hasta llegar a la Calle del Cerezo. Pero con Rob, Jack no se limita a andar por la calle en línea recta, sino que se mueve de una manera musical que sirve para contar una historia, lo que realza la belleza del escenario y nos da pistas sobre la naturaleza del personaje”.
Con el fin de ofrecer una experiencia cinematográfica en pantalla ancha, Beebe eligió la captura digital en lugar de película y rodó con cámaras Alexa XT y Alexa Mini y lentes Panavision Anamorphic G Series con una relación de aspecto de 2:4.0. “Rob le da tanta importancia a los detalles que las grandes pantallas de alta definición se convirtieron en una parte importante a la hora de dirigir la acción, la coreografía y controlar los detalles dentro del encuadre", dice Beebe.
A Emily Blunt le encantó la envergadura de la producción, pero también le gustaba la capacidad de Marshall para no dejar que hiciera sombra a la historia. La actriz lo explica: "Es una película descomunal desde el punto de vista cinematográfico, desde los sets hasta el rodaje fuera del Palacio de Buckingham y el cierre del Strand para filmar esa enorme escena fuera del Royal Exchange... es una película gigantesca con grandes acrobacias y escenarios, pero también me pareció muy íntima”.
Para materializar su visión en la pantalla, Marshall contó con el apoyo de algunos de los artistas de más talento del panorama actual. Entre los que están: Beebe; Myhre; Smith; Sandy Powell ("La reina Victoria", "Shakespeare enamorado", "El aviador"), ganadora de tres Premio de la Academia®, como diseñadora de vestuario; Matt Johnson ("Jack Ryan: Operación Sombra", "Guerra Mundial Z") como supervisor de efectos visuales; y Peter Swords King ("El Señor de los Anillos: El retorno del Rey", "Star Wars: Los últimos Jedi"), ganador del Oscar®, como diseñador de maquillaje y peluquería.
En su calidad de diseñador de producción, Myhre trabajó estrechamente con Marshall y Beebe para crear el mundo visual que el público ve en la pantalla. De las localizaciones a los fondos pasando por los sets físicos, su departamento de directores de arte, dibujantes, artistas conceptuales y maquetistas, ayudó a reforzar la historia y la historia de los personajes desde un punto de vista visual.
Myhre trabajó por primera vez con Marshall en 2003 en el "Chicago" ganador del Oscar”. Desde entonces, han vuelto a formar equipo en numerosos proyectos y se admiran mutuamente y se entienden casi sin palabras. Porque esta película no es un remake, sino una película totalmente nueva. Marshall dejó claro desde el principio que no quería que Myhre se centrara demasiado en el aspecto de la primera película sino en los ocho libros de PL Travers. De hecho, el aspecto visual de la película surgió de esos libros. Además, el escenario de la historia y el período de los años 30 también tuvieron una gran influencia.
Myhre lo explica: "Los diseños teatrales de los preciosos cuadros de vidrio mate de Tony Walton y Peter Ellenshaw, que tanto nos gustan a los dos, aportaban a la primera película fantasía y un aspecto pictórico, pero Rob quería que esta película fuera más tangible, más real y más descarnada. En vez de limitarse a ser un bonito libro de imágenes de Londres, Rob quería un Londres de verdad con problemas y dificultades reales.
Los realizadores rodaron por todo Londres para que la película ofreciera una imagen más realistas, de forma que la sorpresa, el color y la fantasía que surgen con la llegada de Mary Poppins, fueran el punto de partida perfecto de los problemas del mundo real que ocurrían en aquella época.
Las localizaciones incluyen: la Catedral de San Pablo, el Palacio de Buckingham, la Torre de Londres, Cowley Street, Queen Anne's Gate, el Royal Exchange, Cornhill, Middle Temple y King Charles Street. Muchos de los cuales exigieron una preparación detallada para ocultar cualquier añadido moderno. Y se iluminó y se rodó con el máximo cuidado para mostrar la verdadera belleza de la ciudad. De hecho, el número musical de apertura, "Underneath the Lovely London Sky", aunque visualmente representa los tiempos más oscuros de Londres, es en realidad "una carta de amor a Londres", lo que acabó convirtiéndose en la filosofía de Myhre a la hora de diseñar.
Myhre llevó a cabo una investigación exhaustiva para que el Londres que el público ve en la pantalla fuera lo más parecido posible al Londres de los años 30. Pero también hizo gala de una desbordante creatividad e imaginación al diseñar los diferentes ambientes que se construyeron en los platós. “La imaginación de John nos llevó a lugares que nunca hubiéramos podido imaginar", dice productor John DeLuca.
Se utilizaron ocho platós en Shepperton Studios para construir y alojar los asombrosos sets físicos de la Calle del Cerezo, la tienda de Topsy, el Big Ben, los interiores de la casa de los Banks y el enorme parque abandonado.
La Calle del Cerezo, situada en el Plató H de Shepperton, fue el más grande y se invirtieron 18 semanas en su construcción. Se diseñó para que el público recordara la primera película y creyera que había estado antes allí. Pero también era necesario contar una historia visual en la era de la Depresión en Londres.
Como resultado, las casas se redujeron, y la altura de los techos también se redujo para que aparecieran en el campo de la cámara y hacer que las casas parecieran menos imponentes. Los interiores de la casa de los Banks, incluido el cuarto de los niños, el baño, la sala de estar, el pasillo y el desván, se construyeron en el Plató D, y los fans de la primera película podrán reconocer algunos accesorios familiares como la mesa de mármol blanco en el pasillo de la entrada (cedida por el Club 33, un club solo para miembros en Disneyland).
El set de la tienda de Topsy -en el que se invirtieron siete meses- fue el más difícil de construir y decorar. El decorador de sets y ganador del Oscar® Gordon Sim ("Chicago", "Nine") y su equipo empezaron comprando artículos para decorar el set en los mercadillos de antigüedades de toda Inglaterra. Al final reunieron más de 538. Durante los meses siguientes transportaron los artículos más pesados que habían comprado como un piano de cola y una estatua de mármol de 4 metros y haciendo copias en plástico de los artículos frágiles, incluidas las estatuillas de Staffordshire y la vajilla de porcelana.
Después se atornillaron todos los elementos al techo de un set de verdad invertido en el Plató C, al que después se dio la vuelta. “Cuando mirabas hacia arriba en la puerta principal, Mary Poppins caminaba por el techo, escalaba 3,5 metros hasta el fondo de las estanterías y por los brazos de una estatua cabeza abajo", dice Myhre. “Bienvenidos al mundo chiflado y maravilloso de Topsy”.
Las escenas que exigían pantallas verdes y azules para los efectos visuales se rodaron primero en los Platós J y K con elementos físicos con los que el reparto pudiera interactuar, llamados proxies, que después se sustituían con animación en posproducción. Esto incluía la secuencia del Royal Doulton Music Hall, donde, después del paseo en carruaje, la sombrilla de 60 cm de Mary Poppins se convierte en una carpa de 240 metros que alberga un gigantesco music hall de vodevil de principios de siglo.
Ahí es donde ella y Jack se suben al escenario e interpretan el número musical "A Cover Is Not the Book". El escenario estaba decorado con libros victorianos de todos los tamaños y cada línea de la canción se representaba en un set diferente que surgía de un libro victoriano y todos ellos se basaban en diferentes momentos de los libros de PL Travers.
Se necesitaron 26 semanas para construir el set del parque abandonado que se utilizó para rodar partes del número musical más grande de la película, "Trip a Little Light Fantastic". De hecho, se invirtieron dos semanas en rodar las secuencias de baile, con más de 50 faroleros bailando en la pantalla al mismo tiempo. Los exteriores del gigantesco número de ocho minutos se rodaron se rodaron en Middle Temple en Londres, aprovechando sus famosas calles de adoquines, sus arcadas y sus túneles.
Marshall y DeLuca siempre supieron que querían un gran número de baile masculino que resultara impactante y cuyas estrellas serían Jack y todos los faroleros. Se decidió desde el principio que iluminar el camino para Mary Poppins y los niños, tanto literal como simbólicamente, sería la razón de ser de la canción. Marshall dice: "John y yo estábamos deseando hacer ese gigantesco número porque está en nuestro ADN”.
“Este número rinde homenaje a los números de los musicales a gran escala de la edad de oro del género", dice Blunt. “Mary y los niños se pierden en la niebla y los faroleros les alumbran para que puedan llegar a casa. Es una metáfora preciosa. Pero como era de esperar, en medio de ese paseo para llegar a casa, ¡hay un gran número de baile!”
El set tenía cinco niveles diferentes, una fuente ornamentada de tres niveles, un puente y un invernadero. Todos se construyeron en el Plató A y se decoraron con 25 farolas híbridas de gas y electricidad. Cinco cámaras capturaban la anchura y el alcance de la acción, incluida una cámara fija, dos grúas, una cámara aérea y una dolly.
La coreografía incorporaba objetos propios de los faroleros como farolas, bicicletas, postes de luz y escaleras, que se convirtieron en elementos del número. Se elaboraron 28 farolas a medida para el número de baile, con plataformas giratorias para facilitar los giros y también 18 escaleras de farolero hechas de metal, caucho y madera.
Además de la compleja coreografía realizada por los bailarines que exigía un gran esfuerzo físico, se realizan muchísimas acrobacias de forma simultánea. Con ese fin se compraron 100 bicicletas modernas de BMX y se envejecieron. “Las bicicletas BMX son geniales porque tienen un aspecto muy contemporáneo", dice Marshall.
En esta película el supervisor de efectos visuales Matt Johnson se enfrentó a un gran número de retos. Él y su equipo utilizaron una combinación de muchos estilos de trabajo de VFX y crearon efectos preciosos al gusto del público actual. Al haber trabajado con Marshall en "Into the Woods", estaba familiarizado con su manera de trabajar. “Rob proviene del mundo de Broadway y le gusta que todo suceda en el set en tiempo real con el reparto y la música. De esa forma se asegura de que todo funciona a la perfección", dice Johnson. “Esto significaba que teníamos que limitar el uso de juguetes técnicos como Digi-Doubles, Robomoco y fotografía multi-pass y encontrar formas de realizar gran parte del trabajo de efectos durante el rodaje en directo”.
Algunas partes de la escena de la Feria de Primavera en la que el reparto flota en el cielo con globos mágicos (más de 600 globos de 40 cm rellenos con helio), se rodaron tanto en la localización física como en los platós. Los actores usaron arneses para que pudieran levantarlos unas grúas enormes delante de fondos de localizaciones de la época y pantallas azules.
Al final del rodaje, las compañías de efectos visuales Framestore, Cinesite y Luma Pictures se pusieron a trabajar. Hicieron de todo, desde borrar digitalmente cualquier estructura moderna visible en el fondo de las tomas exteriores de Londres, hasta crear digitalmente los paisajes de Londres y ampliar la Calle del Cerezo.
La aclamada diseñadora de vestuario comenzó a trabajar en la película en septiembre de 2016, estudiando y buscando información en fotografías antiguas de la ciudad y anuncios de moda. Creó 448 trajes originales en los nueve meses siguientes.
“No hay nadie como Sandy Powell", dice el productor Marc Platt. “Entiende al personaje, entiende la narrativa, tiene una intuición fantástica para los colores además de una imaginación desbordante. Y cuando combinas todo esto, el resultado son unos trajes muy originales e irrepetibles”.
Como la historia se desarrolla en el Londres de la Gran Depresión, el director Rob Marshall quería que el mundo representado en la pantalla reflejara el ambiente y la época o, en las palabras de Powell: "pareciera realmente invernal, oscuro, gris y con niebla, es decir tal y como es Londres en invierno”. El director de fotografía Dion Beebe quería iluminar los sets interiores con tonos cálidos y los exteriores con colores fríos y muchos azules. Así que Powell diseñó una paleta de colores con tonos y colores oscuros para casi toda la cinta. Hacia el final de la historia, cuando llega la primavera, la paleta de colores se amplió para tonos pastel y colores más frescos y florales.
Powell intenta asociar colores y siluetas concretas a los personajes individuales para que sean fácilmente reconocibles, citando el icónico look Mary Poppins cuando llega en la primera película como ejemplo. “Recuerdo muy bien su silueta con el sombre y el abrigo ajustado que le llegaba justo por encima de los tobillos y que dejaba ver sus pequeños pies”.
Ese look, que a su vez se inspiró en las ilustraciones de Mary Shepard en los libros originales de PL Travers, era el estilo de vestir de las niñeras en aquella época. En EL REGRESO DE MARY POPPINS, Powell deseaba diseñar algo similar, pero que se ajustara más a los años 30. Quería que la excéntrica niñera tuviera un look más moderno pero sin perder la esencia del personaje en la primera película.
“El look que tiene cuando llega es sin lugar a dudas el traje más importante de toda la película porque es el que recordará todo el mundo", dice Powell. “Mary Poppins es una institutriz y, aunque es bastante estricta, tiene un gran corazón. La manera de vestir de Mary Poppins raya la perfección, así que quería que pareciera elegante y sofisticada pero nada frívola”.
Y continúa diciendo: "Los colores suaves y florales no concuerdan con el personaje, así que elegí formas y patrones bastante fuertes, audaces y geométricos con telas con muchos zigzags, galones y lunares, que estaban de moda en la época”.
Blunt hace su entrada como Mary Poppins con una blusa blanca de algodón con lunares, una pajarita roja, una falda de lana azul y un abrigo de lana azul con cintura estrecha y capa. El estilo y la forma del abrigo no son tan diferentes del estilo eduardiano del abrigo que llevaba en la primera película, pero tiene un dobladillo más largo y lleva botones del estilo de los años 1930 creados especialmente para el atuendo.
El abrigo y la falda son de un azul más brillante que tiene más profundidad y fuerza. De día se aprecia su color de verdad pero de noche su silueta se ve oscura con el fondo del cielo. Powell le dio al abrigo algunas texturas especiales y, aunque inicialmente tenía una pequeña capa, lo cambió por una capa doble para crear más movimiento, realzar su silueta y acentuar su cintura estrecha. “La forma ha quedado muy bonita. Como sabía que su silueta se vería muy a menudo, quise que quedara perfecta", añade la diseñadora.
En cuanto a sus accesorios, la verdad es que son mínimos. “Mary Poppins no lleva muchos accesorios", explica Powell. “No lleva joyas porque es una mujer práctica. Pero en aquella época una dama siempre llevaba sombrero, guantes y zapatos a juego, así que sabíamos que debía llevar un sombrero. Rob Marshall quería que fuera un poco excéntrico, como esas margaritas tan graciosas que se ven en la primera película”.
Eligió un sombrero tradicional de paja de los años 30 teñido de rojo que combinara con los zapatos. Y lo adornó con un pequeño petirrojo (otro homenaje, esta vez al pájaro animatrónico de la primera película). El petirrojo, que se talló en corcho y tenía un ojo de cuentas y plumas bordadas hechas de hilo de seda, se agarra con un alfiler de sombrero para poder quitarlo y usarlo con otros sombreros (de hecho, Mary Poppins lo usa de una manera diferente en otra parte de la película). Este adorno resultó ser el trabajo más complicado que tuvo que hacer el departamento de vestuario.
Cuando llegó el momento de vestir a los personajes de acción real en la secuencia de fantasía del tazón Royal Doulton, Powell decidió pintar los trajes, de forma que los personajes de acción real parecieran personajes en el mundo animado dibujado a mano en 2D. La dificultad estribaba en que había que conseguir que los actores encajaran en ese mundo dibujado a mano y no parecieran fuera de lugar al interactuar con los personajes animados.
Durante los siguientes meses, Powell experimentó con diferentes materiales, texturas y pinturas para determinar qué superficies funcionaban mejor con la pintura y qué pinturas funcionaban mejor en esas superficies. Afortunadamente, la película todavía estaba en la etapa de preproducción, así que hubo tiempo para experimentar. Pudo reproducir la moda del siglo XIX en un lienzo (de la misma forma que los personajes pintados en el tazón Royal Doulton). Contó con ocho artistas textiles que pintaron las telas de forma que, aunque eran planos, se veían tridimensionales en la pantalla.
Para la escena del Royal Doulton Music Hall en la que Mary Poppins y Jack interpretan "A Cover is Not the Book" en el escenario, ambos van vestidos con trajes pintados de color rosa y morado con un corte y estilo ligeramente masculinos. Blunt lleva chaqueta y corbata de estilo masculino con una falda larga y varias capas de enaguas. Ambos llevan sombreros de bombín a juego y también bastones.
Sin embargo, el atuendo que Emily Blunt usa durante casi toda la película, así como el número de baile "Trip a Little Light Fantastic" es rojo con un sombrero azul. “No es un abrigo en sentido estricto sino un traje de dos piezas de lana roja con una falda hecha especialmente para bailar", dice Powell. Blunt lleva el traje con una blusa de algodón, un lazo de seda, un sombrero de paja azul, zapatos de baile azules y guantes azules.
Los faroleros de la década de 1930 no llevaban ningún tipo de uniforme ni otro tipo de ropa de trabajo; sólo llevaban sus trajes y sus sombreros viejos. Powell y su equipo diseñaron y elaboraron atuendos originales desde cero para cada farolero, y sus dobles... 120 en total. Pero en el caso de Jack, la diseñadora necesitaba que el personaje de Lin-Manuel Miranda sobresaliera del mar de faroleros. Su look inconfundible, el atuendo que usa en las escenas anteriormente mencionadas con Blunt, es un chaleco de lana roja y un pañuelo con una camiseta azul a rayas debajo de la camisa. “Él consiguió dar vida a la ropa que le di", afirma Powell riendo.
Topsy, la excéntrica prima de Mary Poppins, interpretada por Meryl Streep, trabaja en una desordenada y caótica tienda donde se arreglan cosas y que pone boca abajo el "Segundo Miércoles" de cada mes. Powell quería que su vestuario hablara de su trabajo y de su extravagante tienda y hacerlo lo más colorido, divertido y estiloso posible. “Como referencia, vi fotografías de damas excéntricas de cierta edad", dice. “Mujeres británicas como Edith Sitwell y Nancy Cunard y mujeres estadounidenses como Iris Apfel y otras señoras que se vestían de forma muy colorida y audaz con toneladas de maquillaje y una filosofía de 'Me da igual lo que digan'”.
Basó su look en un pijama art deco de los años 20 y creó un top de corte oriental con pantalones holgados hechos de terciopelo de seda y crêpe de seda. El departamento de vestuario tardó muchísimo tiempo en elaborarlo. Ocho personas pasaron cinco semanas realizando los estampados y pintando a mano el patrón en la tela antes de crear seis versiones idénticas.
En lo que se refiere a los accesorios, Topsy es el polo opuesto de Mary Poppins. Lleva 12 pulseras compuestas de relojes y esferas de relojes y un collar hecho con artículos que tendría en su tienda, como lápices, pinceles y bobinas para máquinas de coser.
Se contó con más 70 animadores para diseñar y crear las secuencias animadas de acción real entre los que están algunos de los mejores animadores 2D de Walt Disney Animation Studios y Pixar, muchos de los cuales abandonaron su retiro para trabajar en la secuela de un título tan clásico de Disney. Los animadores trabajaron 16 meses en el Duncan Studio de Pasadena para realizar la animación.
“Algunos de los artistas tenían 70 años y más y les gustaba tanto la animación clásica dibujada a mano que no podían dejar esta oportunidad", dice el supervisor de secuencias de animación Jim Capobianco. Y añade: "Pero también contamos con gente relativamente nueva en el sector, así que tuvimos a un maravilloso grupo de animadores trabajando juntos para crear esta animación de la vieja escuela”.
Y continúa diciendo: "Puedes sentir la magia y el arte en la pantalla, y es la misma magia que sentiste tan visceralmente en la primera película, pero la animación en 2D no estuvo exenta de dificultades. Nadie consigue el nivel de animación 2D que hicimos en esta película. Combinamos este mundo tridimensional con un mundo bidimensional e intentamos hacerlo creíble, lo que no es nada fácil”.
“Lo que hicimos fue crear un mundo a partir de los libros de PL Travers, con animales de la vida real que tienen personalidades y voces y son muy característicos de ese mundo", dice el productor Marc Platt. “Hay un tazón de porcelana Royal Doulton que es una reliquia de la familia Banks con un dibujo. Los niños y Mary literalmente se lanzan en ese tazón a un mundo mágico animado”.
Los recientes avances en tecnología ofrecieron a los realizadores la oportunidad de combinar la animación tradicional con las herramientas modernas 3D permitiendo que la cámara se moviera en todos los entornos digitales y dibujados a mano.
Al igual que en los musicales que había dirigido antes, Marshall realizó las secuencias animadas como lo hubiera hecho en cualquier película. Primero se rodó la acción real con un fondo verde, con el reparto principal interactuando con actores y bailarines vestidos con trajes verdes de pies a cabeza.
En las escenas del tazón Royal Doulton, todos los personajes con los que interactúan Mary Poppins, Jack y los niños son animales. Por lo tanto, se utilizaron figuras de tamaño natural, incluida una jirafa de 6 metros, durante el rodaje para dar a los actores, en particular a los niños, un punto de referencia. Los entornos animados de fondo, que eran más dinámicos y con mayor profundidad, se insertaron más tarde en posproducción.
En estas secuencias, Marshall y DeLuca tuvieron la oportunidad de hacer un gran número musical al estilo de Broadway en un mundo completamente animado. Y lo hicieron con "A Cover is Not the Book", interpretada por Jack y Mary Poppins en el escenario del Royal Doulton Music Hall. Toda la iluminación de la secuencia es real, como lo sería en cualquier producción teatral; después se replicó en la animación 2D.
Platt afirma: “Creo que todos los que estábamos en el set teníamos la impresión de formar parte de algo muy especial. Nos encantaba el trabajo que estábamos haciendo. Y aunque trabajamos muy duro, lo hicimos con enorme placer. Y eso gran parte se debe a que estábamos a las órdenes de Rob Marshall”.
El autor PL Travers creó un mundo donde hay cosas mágicas que podían suceder en la vida cotidiana hace más de 80 años, y Rob Marshall cree firmemente que este es un momento perfecto para que el público regrese a ese mundo. “El mundo atraviesa un momento muy delicado", dice. “Las personas se sienten inseguras y vulnerables, así que es importante tener algo que nos saque de nuestra existencia cotidiana y que nos recuerde que en el mundo sigue habiendo esperanza y cosas con las que maravillarse”.
“La diversión, la magia, el optimismo, la emoción, la esperanza y la alegría que aporta Mary Poppins son las mismas cosas que buscamos en nuestras vidas hoy en día", dice el productor Marc Platt. “Queremos sentirnos bien, que nos transporten a otros mundos y nos entretengan. Queremos que nos lleguen al corazón. Queremos reír y queremos llorar. Y ' EL REGRESO DE MARY POPPINS nos ofrece todo eso”.
La película está dirigida por el realizador especialista en musicales Rob Marshall (Chicago, Memorias de una geisha, Into the Woods) a partir de un guion de David Magee (La vida de Pi, Descubriendo Nunca Jamás) y una historia adaptada de Magee & Rob Marshall & John DeLuca basada en las Historias de Mary Poppins de PL Travers, y protagonizada por: Emily Blunt como Mary Poppins; Lin-Manuel Miranda como Jack; Ben Whishaw como Michael Banks; Emily Mortimer como Jane Banks; Julie Walters como Ellen; Pixie Davies, Nathanael Saleh y Joel Dawson como los niños de los Banks; con Colin Firth como William Weatherall Wilkins; y Meryl Streep como la prima Topsy.
EL REGRESO DE MARY POPPINS está producida por John DeLuca, p.g.a., Rob Marshall, p.g.a., y Marc Platt, p.g.a., con Callum McDougall como productor ejecutivo. La película presenta canciones originales completamente nuevas con música de Marc Shaiman y letras de Scott Wittman y Shaiman, así como una banda original de Shaiman.
Una nueva historia que contar
Michael Banks era solo un niño cuando la cuasi-perfecta niñera Mary Poppins visitó por primera vez la casa de los Banks, pero ahora es un hombre adulto que tiene sus propios hijos. Michel, un artista en dificultades, tiene un empleo temporal en el Fidelity Fiduciary Bank que es la misma institución financiera donde su padre y su abuelo trabajaron antes que él. Michael vive en el nº17 de la Calle del Cerezo con sus hijos Annabel, John y Georgie. Corren malos tiempos en el Londres de la era de la Depresión. Es la década de 1930, y la ciudad está sumida en la "Gran Depresión", así que hay poco dinero, la gente lo pasa mal y el futuro es incierto.Además, la familia intenta recuperarse de la reciente muerte de la esposa de Michael. La casa está en mal estado y reina el caos, a pesar de los esfuerzos de Ellen (Julie Waters), su poco eficiente pero bien intencionada ama de llaves. Los niños, enfrentados a la dura realidad y a la carga de la pérdida de su madre, tienen que asumir responsabilidades de adultos y se ven obligados a crecer demasiado deprisa.
Su hermana Jane ha heredado el entusiasmo de su madre por las buenas causas y, aunque se dedica a promover los derechos de los trabajadores, encuentra tiempo para ayudar a Michael y a su familia siempre que puede. Además de sobrellevar su propia tristeza, a Michael le resulta cada vez más difícil comunicarse con sus hijos. Al mismo tiempo, el presidente del banco, el Sr. Wilkins, que se muestra como un mentor considerado y altruista de Michael, es en realidad un hombre retorcido y astuto que ha puesto en marcha la ejecución hipotecaria de la casa de los Banks que hunde aún más a Michael.
Afortunadamente, las cosas empiezan a cambiar y la enigmática niñera dotada de habilidades mágicas que puede convertir cualquier tarea aburrida en una aventura fantástica, vuelve a entrar en Las vidas de la familia Banks, y sin haber envejecido absolutamente nada. Mary Poppins recurre a su viejo amigo Jack, un encantador y optimista farolero y emprenden con los hijos de los Banks una serie de extraordinarias aventuras en compañía de personajes tan pintorescos como la excéntrica prima de Mary, Topsy, y su pandilla de entrañables faroleros, que vuelven a inundar su hogar de vida, amor y risas.
Rob Marshall y Mary Poppins
Rob Marshall siempre había soñado con hacer un musical original para el cine. El director nominado al Oscar® ("Chicago"), al Emmy® y ganador del Premio DGA, que comenzó su carrera en los escenarios de Broadway como coreógrafo y director, es responsable de las exitosas adaptaciones para el cine de "Chicago", "Nine" e “Into the Woods”, así que sabe cómo construir un musical. Entiende el mundo del cine y el mundo de los musicales de Broadway de una manera única y personal, y con EL REGRESO DE MARY POPPINS ha tenido la oportunidad de crear un homenaje a las películas clásicas musicales de su juventud.Tras la exitosa colaboración con Marshall, su socio productor John DeLuca y el productor Marc Platt en "Into the Woods", Disney estaba deseando trabajar con los realizadores en otro proyecto y sugirió hacer una secuela de uno de sus títulos más preciados, "Mary Poppins". Y resultó que la película tenía un significado muy especial para todos ellos.
“‘Mary Poppins fue la primera película que vi de niño y marcó el inicio de mi pasión por el cine de aventuras y fantasía y por los musicales", dice Marshall. “Pero cuando me lo dijeron me dio bastante miedo. ¿Cómo se hace una secuela de una película tan icónica? Pero también me entusiasmó la idea de asumir un proyecto de esta envergadura... No había tenido nunca la oportunidad de crear un musical original para el cine”.
Marshall continúa diciendo: “Esta es sin lugar a dudas la película más personal que he hecho. Trata sobre recuperar al niño que llevamos dentro y tener esperanza en un momento muy complicado. También me parece muy oportuna teniendo en cuenta el clima actual que impera en el mundo".
Fue en 1934 cuando la escritora PL Travers dio a conocer a esta sensatísima niñera en su libro infantil "Mary Poppins". En los siguientes 50 años, escribió siete libros más que atesoran un sinfín de aventuras mágicas con la enigmática institutriz ("Ha vuelto Mary Poppins", "Mary Poppins abre la puerta", "Mary Poppins en el parque", entre otros). En los libros, la institutriz, armada con su paraguas y que tiene respuesta para todo, imparte sus enseñanzas como sólo Mary Poppins puede hacerlo.
En lo que se refiere a la narrativa de la película, Marshall imaginó una historia original con un mensaje emotivo y profundo, pero sin olvidar la magia y la fantasía de las aventuras mágicas. "Era evidente que se había muchas historias que contar", afirma Marshall. Y añade: "Una vez que leímos todos los libros, los combinamos haciendo hincapié en el tema recurrente de Travers. La escritora afirma que cuando llegamos a la edad adulta, nos volvemos cínicos e incrédulos y olvidamos cómo se ve la vida a través de los ojos de un niño”.
David Magee, el guionista que ha sido nominado al Premio de la Academia® en dos ocasiones ("Descubriendo Nunca Jamás", "La vida de Pi"), se incorporó al proyecto para escribir el guion. Junto con Marshall y DeLuca, elaboraron una historia totalmente original ambientada en la época de la Depresión en Londres a mediados de los años 30 (el período real de los libros de PL Travers), y 25 años después de los acontecimientos que tuvieron lugar en la primera película. Aunque Jane y Michael Banks son niños en todos los libros de Travers, eligieron crear una nueva narrativa que giraría en torno a Michael y Jane de adultos.
Magee afirma: “Cuando nos sentamos por primera vez y empezamos a hablar de esto con John DeLuca y Rob Marshall nos dimos cuenta inmediatamente que hablábamos el mismo idioma. Todos recordábamos esa película de nuestra infancia con el mismo cariño, y terminábamos las frases de los demás, añadiendo ideas. Así que al final de nuestra primera reunión, estaba claro de que íbamos a trabajar juntos”.
“Lo interesante de los libros de PL Travers es que cada capítulo es una aventura independiente que comienza con Mary Poppins y los niños cuando empieza el día", sigue diciendo Magee. “Se lanzan a vivir una aventura, y cuando acaba el día ella niega que haya sucedido. Y al día siguiente vuelve a pasar. Queríamos elaborar una historia que incorporara esos elementos en una narrativa original”.
Mary Poppins incluyó en los libros pequeñas máximas, comentarios que hacía sobre la capacidad de maravillarse y creer en lo imposible, y Magee, Marshall y DeLuca revisaron todas las páginas de los libros de Travers para encontrar los mejores. “Los llamamos ‘Mary Poppismos’, dice Magee, “cosas que ella decía y que sólo ella podía pronunciar. ‘Todo es posible, incluso lo imposible", es la filosofía de PL Travers, y se convirtió en una frase importante de nuestra película”.
“La película cuenta cómo se puede salir de una situación muy difícil y encontrar alegría y esperanza en un momento complicado, y Mary Poppins es la clave de eso", dice el productor Platt, nominado al Oscar® y ganador del Emmy® y el Tony® ("La ciudad de las estrellas (La La Land)", "El puente de los espías”). “Los niños de los Banks viven en un hogar sin una madre, así que en la casa reina una sensación de soledad y tristeza, a imagen de lo que ocurre en el exterior. Así que tener esperanza en momentos difíciles nos pareció muy contemporánea”.
Marshall añade: "Es fundamental ver las cosas desde un ángulo diferente, y Mary Poppins lo sabe y ayuda a que los niños lo comprendan”.
“Quisimos mantener la esencia de la obra de Travers incorporando el estilo clásico y la belleza de los libros y continuar así con el legado de los mundos maravillosos que ella creó", dice el productor DeLuca, ganador del Emmy® y nominado a los Globos de Oro. “Vivimos en una época en que la gente necesita tener esperanza. Todos podrían incluir a una Mary Poppins en sus vidas en este momento”.
Reuniendo al reparto
“Los cuentos de 'Mary Poppins' tienen un estilo clásico. Concuerdan con la esencia del cine musical clásico pero también son muy contemporáneos y transmiten algo muy actual", dice Marc Platt ("La ciudad de las estrellas (La La Land)", "El puente de los espías", "Grease Live!”), el productor nominado dos veces al Oscar® y ganador del Emmy. “Rob es un maestro en mezclar todos esos componentes. Su enfoque es preciso, y no se conforma con cualquier cosa. Sabe encontrar magia en cada encuadre, en cada escena, en cada número musical”.Pero sin los actores adecuados para dar vida a esa magia, el trabajo sería en vano. Para el papel de esta niñera tan peculiar y enigmática, los realizadores tenían una persona en mente: Emily Blunt.
“Emily es una magnífica actriz. Además es divertida y cariñosa además de muy sensible. Además sabe cantar y bailar", dice Rob Marshall. “En realidad, Mary Poppins es un personaje muy estricto y reservado por fuera, pero por dentro es entrañable y cariñosa. Emily supo interpretar todos esos matices con precisión y sofisticación”.
El director había trabajado con Blunt en "Into the Woods" y la conoce bien. “Sé de lo que es capaz... comprendo su humor... nos llevamos muy bien", explica. “Emily creó su propia versión del personaje de forma original y muy especial, centrándose más en la Mary Poppins de los libros", dice Marshall. La verdad es que no sé quién hubiera podido interpretar el papel aparte de ella”.
Blunt, cuyos créditos más recientes incluyen "Un lugar tranquilo" y "La chica del tren", trabajó con Marshall, John DeLuca y Marc Platt en "Into the Woods" y con Platt en "La chica del tren”. La actriz se sintió halagada cuando le propusieron el papel protagonista. Sabía muy bien que era un gran desafío, pero esa es una de sus condiciones a la hora de aceptar un papel. La actriz dice: "Rob Marshall me presentó el personaje de una manera muy interesante. Me dijo que Mary Poppins tenía un plan maestro enigmático, que era presumida y estilosa, pero también muy divertida.
“Es el personaje más empático que he interpretado", dice la actriz ganadora de los Globos de Oro. “No hay nada manipulador en su generosidad. No espera nada a cambio; lo convierte en un viaje de autodescubrimiento para el espectador, la familia de los Banks. Y después desaparece. Creo que esa es la mejor forma de empatía, reconocer lo que la gente necesita y dárselo sin esperar nada a cambio”.
Como director, Marshall también sabe lo que necesitan las personas... sobre todo los actores. Sabe cómo hacer que los actores y sus actuaciones cobren vida y les da confianza en sí mismos, creando un entorno en el que pueden dar lo mejor de sí mismos. “Rob sabe cómo llegar a las personas y sacar lo mejor de sí mismos", explica DeLuca. “Tiene muy buena relación con sus actores y consigue que den lo mejor de sí mismos”.
“Rob es meticuloso en todos los aspectos de la producción. Le gusta trabajar en equipo, escucha y le preocupa todo. Entiende a los seres humanos a nivel molecular", dice Blunt. “Entiende el material con tanta profundidad que no tienes que pensar en nada ni trabajar demasiado, porque él ya ha pensado en todo”.
Un nuevo personaje de EL REGRESO DE MARY POPPINS es uno de los antiguos compañeros de Mary. “Creamos este personaje de Jack el farolero, que literalmente, y metafóricamente, ilumina Londres en un momento oscuro", dice Marshall. “Es un hombre optimista que ve la luz, incluso en la oscuridad, y que se aferra a ese maravilloso espíritu infantil”.
“Una de las cosas más satisfactorias de esta película fue contar con Lin-Manuel Miranda para el papel de Jack", continúa diciendo Marshall. “Aporta un estilo tremendamente interesante y contemporáneo a la película. Todo el mundo sabe que es un excelente compositor y escritor. Pero además es un magnífico actor y un maravilloso cantante y bailarín con un espíritu puro difícil de encontrar”.
El actor es conocido por sus papeles en los escenarios teatrales ("Hamilton", "In the Heights"), ha ganado del Premio Pulitzer -Premio Tony®- y el GRAMMY® y se mostró emocionado por la oportunidad de crear un papel en la pantalla. “Este personaje tiene algo muy mágico", dice Miranda. “Jack se ocupa de las luces de Londres, pero también vive todas esas increíbles aventuras con Mary Poppins y aporta luz a todos los que lo rodean, especialmente a los niños”.
En los años 30, los faroleros como Jack eran responsables de apagar las farolas de gas por la mañana y volver a encenderlas por la noche, en todo Londres. Estos faroleros se desplazaban en bicicleta con escaleras para subirse a los postes de luz para llegar a los encendedores de gas. En 2016, durante el rodaje de la película, todavía funcionaban en Londres más de 2.500 farolas de gas.
Miranda no tardó en sumergirse en el mundo de PL Travers. Su personaje fue en su momento aprendiz de Bert, el personaje de Dick Van Dyke en la primera película, y Jack, al igual que Bert, sigue conservando la imaginación de un niño.
“Lin es increíble", dice Blunt. “Está muy seguro de sí mismo y tiene una alegría contagiosa. Además se da en cuerpo y alma en todas las situaciones que se le presentan. Ya sea deslizándose por las escaleras o subiendo al Big Ben o colgándose boca abajo, se entusiasma con todo. Y eso es lo que necesitábamos para un personaje como este que transmite magia”.
La actriz sigue diciendo: "Jack y Mary Poppins están más o menos conchabados. A pesar de que él no pertenece a su mundo, lo entiende y es muy bueno convenciendo a los niños para que la acompañen. Así que se produce una química maravillosa. No hay nada romántico entre ellos, sólo son espíritus afines”.
Ben Whishaw, uno de los mejores actores de su generación ("SPECTRE", "A Very English Scandal"), fue elegido para encarnar a Michael Banks de adulto. Mary Poppins vuelve para ayudar a Michael, que ha perdido el rumbo, y una vez allí se da cuenta de lo mucho que la necesitan. Michael y Jane recuerdan a Mary Poppins de cuando fueron niños; sin embargo, se han convencido de que sus aventuras mágicas con la niñera era fruto de la imaginación.
La primera película tuvo un enorme impacto en Whishaw cuando era niño. “Me quedaba embobado y la vi un millón de veces. Me sabía todas las letras de las canciones y me disfrazaba como ella y como todos los personajes y actuaba delante de mi familia. “Estaba emocionado y me intrigaba mucho la idea de una secuela, y cuando me reuní con Rob me encantó y me convenció lo que quería hacer con la historia... fue irresistible para mí”.
“Michael ha perdido a su esposa y los hijos a su madre, y nadie la ha reemplazado", dice Platt. “Michael está perdido y los niños, sobre todo los dos mayores, casi tienen que hacer de padres de él”.
Según DeLuca, Michael es el alma de la película, y la habilidad de Whishaw para transmitir la lucha y la transformación de su personaje fue extraordinaria. “Es muy inteligente y transmite tanta profundidad que no puedes evitar creer en él", dice.
La actriz Emily Mortimer ("La invención de Hugo", serie "The Newsroom”) encarna a Jane Banks. Aunque tenía algunas dudas sobre cómo interpretar la versión adulta de un personaje tan querido, fueron sus propios hijos los que la ayudaron a verlo desde otra perspectiva. “Al final, me centré en el espíritu de esa joven de la primera película que hizo una interpretación magnífica, e intenté no obsesionarme con ninguna de sus características físicas o peculiaridades. Vi videos de mis propios hijos de hace unos años y me di cuenta de que ahora son personas completamente diferentes físicamente”.
Mortimer tuvo la suerte de conocer a Karen Dotrice, la actriz que interpretó a la joven Jane Banks en la primera película y pudo hablar con ella sobre el personaje. Dotrice visitó el plató para rodar un cameo (dice una frase que seguramente hará sonreír a los fans de la primera película). “Cuando entramos por primera vez en la Calle del Cerezo, se quedó alucinada", dice Mortimer. “Se quedó sin habla. Fue maravilloso y muy emotivo”.
Julie Walters (“Mamma Mia”, las películas de “Harry Potter”) encarna a Ellen, el ama de llaves, que es una más de la familia Banks y que trabaja en el nº17 de la Calle del Cerezo desde que Jane y Michael eran niños. Colin Firth ("El discurso del Rey", "Kingsman: Servicio secreto") es William Weatherall Wilkins, del Fidelity Fiduciary Bank, el ejecutivo de banco más preocupado por su ambición que por la difícil situación que atraviesa la familia Banks. Meryl Streep ("Los archivos del Pentágono", "Into the Woods") es Topsy, la excéntrica prima de Mary Poppins, con ascendencia de Europa del Este, que tiene una relación complicada pero muy divertida con Mary, y cuya tienda de arreglos se pone patas arriba el "segundo miércoles" de cada mes.
Pixie Davies ("El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares", "Humans" de AMC) interpreta a Annabel, la brillante y audaz hija de Michael Banks; Nathanael Saleh ("Juego de tronos") es John, el inteligente y reflexivo hijo mayor de Michael; y el debutante Joel Dawson es Georgie, su enérgico hijo de 8 años. “Buscamos a estos niños por todo el mundo", dice Marshall. “Quería encontrar niños de verdad, no niños del mundo del espectáculo, que tuvieran dotes para actuar y cantar y bailar, pero que además aportaran frescura y sinceridad a sus papeles. Y lo cierto es que tuvimos mucha suerte”.
De todos los personajes, estos tres fueron los más difíciles de encontrar. “Queríamos que los niños tuvieran personalidades diferentes", dice DeLuca. Y añade: "La búsqueda fue larga pero son personajes muy importantes para nuestra historia. Afortunadamente, los actores que encontramos aportan mucho a la película”.
En la película también participan las leyendas de Disney, Angela Lansbury y Dick Van Dyke. La ilustre Lansbury, que protagonizó "La bruja novata" y la cinta animada "La Bella y La Bestia" para el estudio, interpreta a la mágica Vendedora de Globos, un personaje muy querido de los libros de PL Travers. Dick Van Dyke, que hizo "Mary Poppins", "Chitty Bang Bang", "Un beso para Birdie" y muchas otras películas, interpreta al Sr. Dawes, Jr., el presidente jubilado del banco que ahora dirige el personaje de Firth que es hijo del personaje que encarnó en la primera película.
A sus 92 años, Van Dyke tenía más energía que la mayoría de los actores y de los miembros del equipo. “Verlo trabajar era como asistir a una clase magistral", dice Miranda. Y añade: Entre tomas le bombardeaba con preguntas y me contó historias maravillosas. Fueron los días más inolvidables del rodaje”.
La nueva música inolvidable
En nuestros días no abundan musicales nuevos y aún menos un musical de la envergadura de EL REGRESO DE MARY POPPINS. “Las películas que me han marcado fueron 'Sonrisas y lágrimas', 'My Fair Lady', 'Oliver'... películas que irías a ver con toda tu familia y donde había intermedios", dice Rob Marshall.Según el productor Marc Platt: "Rob siempre quiso que la película tuviera una gran envergadura... y es lo que nos propusimos crear, y creo que lo hemos logrado”.
Lin-Manuel Miranda está convencido de que el director nació en la década equivocada. “Si Rob hubiera nacido durante la época de MGM, ya habría hecho 50 musicales", explica. “Es tremendamente difícil hacer una película musical de éxito. No me refiero a éxito financiero, quiero decir artísticamente, en donde se funden todas las disciplinas artísticas, la coreografía, la música, el baile, los números, las canciones... Cuando todo encaja, no hay un género más maravilloso”.
Marc Shaiman, ganador del Tony® y del GRAMMY® ("Hairspray", "South Park") y Scott Wittman, ganador del Tony y nominado tres veces al Emmy® ("Hairspray", "Smash") son grandes fans del género, y de la música que compusieron Richard M. Sherman y Robert B. Sherman en la primera película. Para Shaiman, componer una banda sonora completamente nueva y música para nuevas canciones y escribir las letras con Wittman, fue un sueño hecho realidad.
A Shaiman le cuesta expresar con palabras el profundo impacto que los hermanos Sherman han tenido en su carrera como compositor de música y de canciones. “La película y la banda sonora significaron muchísimo para mí cuando era niño y me enseñaron todo lo que sé sobre el cine", dice. “Las canciones de 'Mary Poppins' son, en una palabra, perfectas. La música y las letras se funden perfectamente. Son ingeniosas pero también muy emotivas, así que el listón estaba muy alto”.
El guion es una parte muy importante de cualquier musical, así que el dúo se incorporó para escribir la música y las letras cuando se estaba escribiendo el guion, lo que permitió que la banda sonora encajara a la perfección desde el principio. “Hacer un musical original de acción real fue muy emocionante. Fue maravilloso ver cómo las nuevas canciones tomaban forma, aprenderse la música, ver los ecos de la primera película en el increíble trabajo de Marc y Scott", dice Miranda, "y como alguien que ha formado parte del proceso de hacer musicales nuevos, fue un privilegio estar presente como actor y participar en todo”.
Wittman afirma: "La colaboración con el director y el guionista es muy importante, porque estas cosas solo funcionan si todos tenemos la misma visión. Rob es muy bueno porque cuando elabora algo te deja ver lo que le pasa por la cabeza y eso te ayuda a crear la parte musical”.
“Hay elementos de lo mejor de los hermanos Sherman, pero todo es de Marc Shaiman y Scott Wittman", dice Platt. “Sientes que estás en el mundo de Mary Poppins, pero al mismo tiempo es nuevo y fresco. Hay melodías pegadizas. Hay ingenio. Hay encanto, y las baladas encierran una poesía preciosa”.
Shaiman y Wittman crearon nueve canciones originales que ayudan al desarrollo de la trama y realzan a los personajes. “No nos alejamos demasiado del tono de la primera película", añade Shaiman. “Queríamos que pareciera que estábamos retomando la historia donde terminó la última película”.
Las nuevas canciones incluyen: la balada central de la película, "The Place Where Lost Things Go", una canción de cuna interpretada por Mary Poppins; el bullicioso número de music hall con Mary Poppins y Jack, "A Cover is Not the Book”; “Underneath the Lovely London Sky", el número de apertura que interpreta Jack, y una carta de amor a la ciudad; “Turning Turtle”, una secuencia musical extraordinaria interpretada por Topsy, la excéntrica prima de Mary; “A Conversation", una canción agridulce interpretada por Michael en la que intenta asumir su pérdida; y la deslumbrante “Nowhere to Go But Up” que pone punto y final a la película.
El vocabulario de los personajes es clave para elaborar un musical, y en su calidad de compositores, Shaiman y Wittman pudieron crear canciones que parecen de los años 30, sin dejar de ser modernas. En el gran número de canción y baile, "Trip a Little Light Fantastic", los faroleros tenían su propio lenguaje. “Lo llamamos idioma 'leerie'", dice Wittman. “Es una jerga de cockney que Mary Poppins habla bastante bien, al igual que Jack”.
“El elemento musical de esta película fue una gozada", dice Emily Blunt. “Formé parte del proceso desde el principio. Fue un maravilloso trabajo de colaboración. Rob está muy atento a las necesidades de los actores y tiene en cuenta su visión sobre los personajes”.
A Shaiman y Wittman les impresionó el talento y el esfuerzo de Blunt a la hora de elaborar su personaje. Wittman afirma: "Fue fantástico trabajar con Emily. Ella también trabajó muy duro. Salía de su clase de voz y venía a trabajar con nosotros directamente. Así que asistimos a sus progresos a medida que pasaban las semanas”.
Al igual que ocurre en todas las películas musicales de Marshall, el programa del rodaje exigía muchas horas de ensayo. Los ensayos de las canciones y de bailes del reparto tuvieron lugar en los platós de los Estudios Shepperton entre octubre 2015 y enero 2016. Marshall lo explica: “Marc y Scott escribieron varias versiones de canciones, exactamente igual que cuando se prepara un espectáculo en Broadway. Nos dieron tiempo para experimentar, trabajar y cambiar, para elaborar los números musicales y construir un musical original desde cero”.
“Yo vengo del mundo del teatro así que me sentí muy a gusto", dice Miranda. “Cuando haces una película, nunca tienes tanto tiempo para ensayar. De hecho tuvimos más tiempo que en la mayoría de los espectáculos de Broadway”.
La frecuencia y la intensidad de los ensayos de baile fueron especialmente cruciales, ya que los coreógrafos Marshall y DeLuca querían que la coreografía pareciera espontánea, como si hubiera crecido orgánicamente a partir de la historia y los personajes. “Se necesita mucho trabajo para hacer que algo parezca natural", dice Miranda, "pero es lo que hicimos y el resultado es extraordinario”.
Blunt añade: "Hay un gran número musical con Lin y yo llamado 'A Cover is Not the Book'. Fue probablemente el mayor número de baile que tuve que hacer. Empezamos a bailar el primer día de ensayos que duraron ocho semanas porque, como dijeron Rob y John, tienes que interiorizarlo. Tienes que interiorizarlo de tal forma que el día del rodaje, cuando estés vestido y con todo el equipo delante, no tengas que pensártelo y te sientas totalmente seguro... esa es la mentalidad de un bailarín. De ahí vienen Rob y John. Entienden que, cuando se crea un espectáculo como este, se necesita ensayar mucho”.
Marshall contrató a Mike Higham ("Into the Woods", "Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet") como productor ejecutivo de la música y supervisor de la música, para que trabajara en estrecha colaboración con Shaiman y Wittman y supervisara todos los ensayos de la música y las sesiones de grabación de las canciones y la banda sonora. Las pistas orquestales y las voces del reparto se grabaron previamente con una orquesta sinfónica de 82 instrumentos dirigida por el supervisor musical Paul Gemignani ("Into the Woods", "Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet") en los AIR Lyndhurst Studios de Hampstead.
Marshall quería asegurarse de que las voces de la película se integraran a la perfección en la película, así que las voces del reparto se volvieron a grabar, esta vez en directo en el set para reproducir la energía de las voces en directo. “Rob sabe mucho de música", dice Higham. “Tiene un gran oído y eso me facilitó mucho el trabajo porque podía hablar con él al mismo nivel, musicalmente. Así que cuando estábamos en las sesiones de grabación, pudo transmitir sus comentarios a los músicos en los términos apropiados en italiano (forte, pianissimo, etc.), lo que tiene un valor incalculable y es tremendamente difícil”.
Los galardonados diseñadores de sonido Reneé Tondelli (nominado al Oscar® por "Marea negra") y Eugene Gearty (ganador del Oscar por "La invención de Hugo”) supieron realzar los numerosos mundos de Poppins, desde el auténtico Londres de los años 30 a las estilizadas aventuras de Mary. Su trabajo en EL REGRESO DE MARY POPPINS revestía una gran dificultad debido a los numerosos aspectos musicales de la película musical original. Además de combinar el diálogo, las canciones en directo y las canciones pregrabadas, incorporaron sonidos de la época y crearon un "lenguaje de sonido" completamente nuevo para la secuencia de animación dentro de un tazón de porcelana Royal Doulton.
El montador Wyatt Smith, ACE ("Into the Woods", "Piratas del Caribe: En mareas misteriosas”) también se enfrentó a grandes dificultades. La dificultad residía en combinar perfectamente las escenas íntimas con las secuencias musicales a gran escala, supervisar efectos visuales muy complicados y coordinar la acción en directo y la animación, creando un flujo visual constante y un gran ritmo.
“La gente ama la música... la música no tiene filtro... trasciende el lenguaje. La música nos hace sentir cosas”, dice Platt. “La narración musical es una maravilla porque te permite ir a donde la vida real no suele llevarte, y la música es fundamental en EL REGRESO DE MARY POPPINS.”
Dar vida a la historia visualmente
Crear un musical original es un reto para cualquier realizador, pero Rob Marshall es un director clásico que aporta una sensibilidad moderna a sus películas. Su experiencia como coreógrafo ha tenido un profundo impacto en su trabajo como realizador, algo que Dion Beebe, ACS, ASC, el director de fotografía ganador del Oscar® ("Memorias de una geisha", "Into the Woods"), ha observado trabajando con él durante la década pasada. “Con Rob todo reside en el movimiento, en la interacción y en realzar los personajes y la historia", dice Beebe.El diseñador de producción John Myhre ("Chicago", "Memorias de una geisha"), ganador de dos Oscar®, está de acuerdo y afirma: "El número musical de apertura comienza con Jack en el dique del Támesis, justo cuando amanece. Van apareciendo el Big Ben y el Parlamento y después se interna en Londres hasta llegar a la Calle del Cerezo. Pero con Rob, Jack no se limita a andar por la calle en línea recta, sino que se mueve de una manera musical que sirve para contar una historia, lo que realza la belleza del escenario y nos da pistas sobre la naturaleza del personaje”.
Con el fin de ofrecer una experiencia cinematográfica en pantalla ancha, Beebe eligió la captura digital en lugar de película y rodó con cámaras Alexa XT y Alexa Mini y lentes Panavision Anamorphic G Series con una relación de aspecto de 2:4.0. “Rob le da tanta importancia a los detalles que las grandes pantallas de alta definición se convirtieron en una parte importante a la hora de dirigir la acción, la coreografía y controlar los detalles dentro del encuadre", dice Beebe.
A Emily Blunt le encantó la envergadura de la producción, pero también le gustaba la capacidad de Marshall para no dejar que hiciera sombra a la historia. La actriz lo explica: "Es una película descomunal desde el punto de vista cinematográfico, desde los sets hasta el rodaje fuera del Palacio de Buckingham y el cierre del Strand para filmar esa enorme escena fuera del Royal Exchange... es una película gigantesca con grandes acrobacias y escenarios, pero también me pareció muy íntima”.
Para materializar su visión en la pantalla, Marshall contó con el apoyo de algunos de los artistas de más talento del panorama actual. Entre los que están: Beebe; Myhre; Smith; Sandy Powell ("La reina Victoria", "Shakespeare enamorado", "El aviador"), ganadora de tres Premio de la Academia®, como diseñadora de vestuario; Matt Johnson ("Jack Ryan: Operación Sombra", "Guerra Mundial Z") como supervisor de efectos visuales; y Peter Swords King ("El Señor de los Anillos: El retorno del Rey", "Star Wars: Los últimos Jedi"), ganador del Oscar®, como diseñador de maquillaje y peluquería.
En su calidad de diseñador de producción, Myhre trabajó estrechamente con Marshall y Beebe para crear el mundo visual que el público ve en la pantalla. De las localizaciones a los fondos pasando por los sets físicos, su departamento de directores de arte, dibujantes, artistas conceptuales y maquetistas, ayudó a reforzar la historia y la historia de los personajes desde un punto de vista visual.
Myhre trabajó por primera vez con Marshall en 2003 en el "Chicago" ganador del Oscar”. Desde entonces, han vuelto a formar equipo en numerosos proyectos y se admiran mutuamente y se entienden casi sin palabras. Porque esta película no es un remake, sino una película totalmente nueva. Marshall dejó claro desde el principio que no quería que Myhre se centrara demasiado en el aspecto de la primera película sino en los ocho libros de PL Travers. De hecho, el aspecto visual de la película surgió de esos libros. Además, el escenario de la historia y el período de los años 30 también tuvieron una gran influencia.
Myhre lo explica: "Los diseños teatrales de los preciosos cuadros de vidrio mate de Tony Walton y Peter Ellenshaw, que tanto nos gustan a los dos, aportaban a la primera película fantasía y un aspecto pictórico, pero Rob quería que esta película fuera más tangible, más real y más descarnada. En vez de limitarse a ser un bonito libro de imágenes de Londres, Rob quería un Londres de verdad con problemas y dificultades reales.
Los realizadores rodaron por todo Londres para que la película ofreciera una imagen más realistas, de forma que la sorpresa, el color y la fantasía que surgen con la llegada de Mary Poppins, fueran el punto de partida perfecto de los problemas del mundo real que ocurrían en aquella época.
Las localizaciones incluyen: la Catedral de San Pablo, el Palacio de Buckingham, la Torre de Londres, Cowley Street, Queen Anne's Gate, el Royal Exchange, Cornhill, Middle Temple y King Charles Street. Muchos de los cuales exigieron una preparación detallada para ocultar cualquier añadido moderno. Y se iluminó y se rodó con el máximo cuidado para mostrar la verdadera belleza de la ciudad. De hecho, el número musical de apertura, "Underneath the Lovely London Sky", aunque visualmente representa los tiempos más oscuros de Londres, es en realidad "una carta de amor a Londres", lo que acabó convirtiéndose en la filosofía de Myhre a la hora de diseñar.
Myhre llevó a cabo una investigación exhaustiva para que el Londres que el público ve en la pantalla fuera lo más parecido posible al Londres de los años 30. Pero también hizo gala de una desbordante creatividad e imaginación al diseñar los diferentes ambientes que se construyeron en los platós. “La imaginación de John nos llevó a lugares que nunca hubiéramos podido imaginar", dice productor John DeLuca.
Se utilizaron ocho platós en Shepperton Studios para construir y alojar los asombrosos sets físicos de la Calle del Cerezo, la tienda de Topsy, el Big Ben, los interiores de la casa de los Banks y el enorme parque abandonado.
La Calle del Cerezo, situada en el Plató H de Shepperton, fue el más grande y se invirtieron 18 semanas en su construcción. Se diseñó para que el público recordara la primera película y creyera que había estado antes allí. Pero también era necesario contar una historia visual en la era de la Depresión en Londres.
Como resultado, las casas se redujeron, y la altura de los techos también se redujo para que aparecieran en el campo de la cámara y hacer que las casas parecieran menos imponentes. Los interiores de la casa de los Banks, incluido el cuarto de los niños, el baño, la sala de estar, el pasillo y el desván, se construyeron en el Plató D, y los fans de la primera película podrán reconocer algunos accesorios familiares como la mesa de mármol blanco en el pasillo de la entrada (cedida por el Club 33, un club solo para miembros en Disneyland).
El set de la tienda de Topsy -en el que se invirtieron siete meses- fue el más difícil de construir y decorar. El decorador de sets y ganador del Oscar® Gordon Sim ("Chicago", "Nine") y su equipo empezaron comprando artículos para decorar el set en los mercadillos de antigüedades de toda Inglaterra. Al final reunieron más de 538. Durante los meses siguientes transportaron los artículos más pesados que habían comprado como un piano de cola y una estatua de mármol de 4 metros y haciendo copias en plástico de los artículos frágiles, incluidas las estatuillas de Staffordshire y la vajilla de porcelana.
Después se atornillaron todos los elementos al techo de un set de verdad invertido en el Plató C, al que después se dio la vuelta. “Cuando mirabas hacia arriba en la puerta principal, Mary Poppins caminaba por el techo, escalaba 3,5 metros hasta el fondo de las estanterías y por los brazos de una estatua cabeza abajo", dice Myhre. “Bienvenidos al mundo chiflado y maravilloso de Topsy”.
Las escenas que exigían pantallas verdes y azules para los efectos visuales se rodaron primero en los Platós J y K con elementos físicos con los que el reparto pudiera interactuar, llamados proxies, que después se sustituían con animación en posproducción. Esto incluía la secuencia del Royal Doulton Music Hall, donde, después del paseo en carruaje, la sombrilla de 60 cm de Mary Poppins se convierte en una carpa de 240 metros que alberga un gigantesco music hall de vodevil de principios de siglo.
Ahí es donde ella y Jack se suben al escenario e interpretan el número musical "A Cover Is Not the Book". El escenario estaba decorado con libros victorianos de todos los tamaños y cada línea de la canción se representaba en un set diferente que surgía de un libro victoriano y todos ellos se basaban en diferentes momentos de los libros de PL Travers.
Se necesitaron 26 semanas para construir el set del parque abandonado que se utilizó para rodar partes del número musical más grande de la película, "Trip a Little Light Fantastic". De hecho, se invirtieron dos semanas en rodar las secuencias de baile, con más de 50 faroleros bailando en la pantalla al mismo tiempo. Los exteriores del gigantesco número de ocho minutos se rodaron se rodaron en Middle Temple en Londres, aprovechando sus famosas calles de adoquines, sus arcadas y sus túneles.
Marshall y DeLuca siempre supieron que querían un gran número de baile masculino que resultara impactante y cuyas estrellas serían Jack y todos los faroleros. Se decidió desde el principio que iluminar el camino para Mary Poppins y los niños, tanto literal como simbólicamente, sería la razón de ser de la canción. Marshall dice: "John y yo estábamos deseando hacer ese gigantesco número porque está en nuestro ADN”.
“Este número rinde homenaje a los números de los musicales a gran escala de la edad de oro del género", dice Blunt. “Mary y los niños se pierden en la niebla y los faroleros les alumbran para que puedan llegar a casa. Es una metáfora preciosa. Pero como era de esperar, en medio de ese paseo para llegar a casa, ¡hay un gran número de baile!”
El set tenía cinco niveles diferentes, una fuente ornamentada de tres niveles, un puente y un invernadero. Todos se construyeron en el Plató A y se decoraron con 25 farolas híbridas de gas y electricidad. Cinco cámaras capturaban la anchura y el alcance de la acción, incluida una cámara fija, dos grúas, una cámara aérea y una dolly.
La coreografía incorporaba objetos propios de los faroleros como farolas, bicicletas, postes de luz y escaleras, que se convirtieron en elementos del número. Se elaboraron 28 farolas a medida para el número de baile, con plataformas giratorias para facilitar los giros y también 18 escaleras de farolero hechas de metal, caucho y madera.
Además de la compleja coreografía realizada por los bailarines que exigía un gran esfuerzo físico, se realizan muchísimas acrobacias de forma simultánea. Con ese fin se compraron 100 bicicletas modernas de BMX y se envejecieron. “Las bicicletas BMX son geniales porque tienen un aspecto muy contemporáneo", dice Marshall.
En esta película el supervisor de efectos visuales Matt Johnson se enfrentó a un gran número de retos. Él y su equipo utilizaron una combinación de muchos estilos de trabajo de VFX y crearon efectos preciosos al gusto del público actual. Al haber trabajado con Marshall en "Into the Woods", estaba familiarizado con su manera de trabajar. “Rob proviene del mundo de Broadway y le gusta que todo suceda en el set en tiempo real con el reparto y la música. De esa forma se asegura de que todo funciona a la perfección", dice Johnson. “Esto significaba que teníamos que limitar el uso de juguetes técnicos como Digi-Doubles, Robomoco y fotografía multi-pass y encontrar formas de realizar gran parte del trabajo de efectos durante el rodaje en directo”.
Algunas partes de la escena de la Feria de Primavera en la que el reparto flota en el cielo con globos mágicos (más de 600 globos de 40 cm rellenos con helio), se rodaron tanto en la localización física como en los platós. Los actores usaron arneses para que pudieran levantarlos unas grúas enormes delante de fondos de localizaciones de la época y pantallas azules.
Al final del rodaje, las compañías de efectos visuales Framestore, Cinesite y Luma Pictures se pusieron a trabajar. Hicieron de todo, desde borrar digitalmente cualquier estructura moderna visible en el fondo de las tomas exteriores de Londres, hasta crear digitalmente los paisajes de Londres y ampliar la Calle del Cerezo.
Creando nuevos looks para los personajes
Sandy Powell formó un equipo para diseñar y elaborar los trajes, que incluía: artistas textiles (estampadores y pintores), sombrereros, joyeros, zapateros, modistas, limpiadores, administradores, supervisores y miembros del equipo que proporcionaron elementos de atrezzo y supervisaron la continuidad.La aclamada diseñadora de vestuario comenzó a trabajar en la película en septiembre de 2016, estudiando y buscando información en fotografías antiguas de la ciudad y anuncios de moda. Creó 448 trajes originales en los nueve meses siguientes.
“No hay nadie como Sandy Powell", dice el productor Marc Platt. “Entiende al personaje, entiende la narrativa, tiene una intuición fantástica para los colores además de una imaginación desbordante. Y cuando combinas todo esto, el resultado son unos trajes muy originales e irrepetibles”.
Como la historia se desarrolla en el Londres de la Gran Depresión, el director Rob Marshall quería que el mundo representado en la pantalla reflejara el ambiente y la época o, en las palabras de Powell: "pareciera realmente invernal, oscuro, gris y con niebla, es decir tal y como es Londres en invierno”. El director de fotografía Dion Beebe quería iluminar los sets interiores con tonos cálidos y los exteriores con colores fríos y muchos azules. Así que Powell diseñó una paleta de colores con tonos y colores oscuros para casi toda la cinta. Hacia el final de la historia, cuando llega la primavera, la paleta de colores se amplió para tonos pastel y colores más frescos y florales.
Powell intenta asociar colores y siluetas concretas a los personajes individuales para que sean fácilmente reconocibles, citando el icónico look Mary Poppins cuando llega en la primera película como ejemplo. “Recuerdo muy bien su silueta con el sombre y el abrigo ajustado que le llegaba justo por encima de los tobillos y que dejaba ver sus pequeños pies”.
Ese look, que a su vez se inspiró en las ilustraciones de Mary Shepard en los libros originales de PL Travers, era el estilo de vestir de las niñeras en aquella época. En EL REGRESO DE MARY POPPINS, Powell deseaba diseñar algo similar, pero que se ajustara más a los años 30. Quería que la excéntrica niñera tuviera un look más moderno pero sin perder la esencia del personaje en la primera película.
“El look que tiene cuando llega es sin lugar a dudas el traje más importante de toda la película porque es el que recordará todo el mundo", dice Powell. “Mary Poppins es una institutriz y, aunque es bastante estricta, tiene un gran corazón. La manera de vestir de Mary Poppins raya la perfección, así que quería que pareciera elegante y sofisticada pero nada frívola”.
Y continúa diciendo: "Los colores suaves y florales no concuerdan con el personaje, así que elegí formas y patrones bastante fuertes, audaces y geométricos con telas con muchos zigzags, galones y lunares, que estaban de moda en la época”.
Blunt hace su entrada como Mary Poppins con una blusa blanca de algodón con lunares, una pajarita roja, una falda de lana azul y un abrigo de lana azul con cintura estrecha y capa. El estilo y la forma del abrigo no son tan diferentes del estilo eduardiano del abrigo que llevaba en la primera película, pero tiene un dobladillo más largo y lleva botones del estilo de los años 1930 creados especialmente para el atuendo.
El abrigo y la falda son de un azul más brillante que tiene más profundidad y fuerza. De día se aprecia su color de verdad pero de noche su silueta se ve oscura con el fondo del cielo. Powell le dio al abrigo algunas texturas especiales y, aunque inicialmente tenía una pequeña capa, lo cambió por una capa doble para crear más movimiento, realzar su silueta y acentuar su cintura estrecha. “La forma ha quedado muy bonita. Como sabía que su silueta se vería muy a menudo, quise que quedara perfecta", añade la diseñadora.
En cuanto a sus accesorios, la verdad es que son mínimos. “Mary Poppins no lleva muchos accesorios", explica Powell. “No lleva joyas porque es una mujer práctica. Pero en aquella época una dama siempre llevaba sombrero, guantes y zapatos a juego, así que sabíamos que debía llevar un sombrero. Rob Marshall quería que fuera un poco excéntrico, como esas margaritas tan graciosas que se ven en la primera película”.
Eligió un sombrero tradicional de paja de los años 30 teñido de rojo que combinara con los zapatos. Y lo adornó con un pequeño petirrojo (otro homenaje, esta vez al pájaro animatrónico de la primera película). El petirrojo, que se talló en corcho y tenía un ojo de cuentas y plumas bordadas hechas de hilo de seda, se agarra con un alfiler de sombrero para poder quitarlo y usarlo con otros sombreros (de hecho, Mary Poppins lo usa de una manera diferente en otra parte de la película). Este adorno resultó ser el trabajo más complicado que tuvo que hacer el departamento de vestuario.
Cuando llegó el momento de vestir a los personajes de acción real en la secuencia de fantasía del tazón Royal Doulton, Powell decidió pintar los trajes, de forma que los personajes de acción real parecieran personajes en el mundo animado dibujado a mano en 2D. La dificultad estribaba en que había que conseguir que los actores encajaran en ese mundo dibujado a mano y no parecieran fuera de lugar al interactuar con los personajes animados.
Durante los siguientes meses, Powell experimentó con diferentes materiales, texturas y pinturas para determinar qué superficies funcionaban mejor con la pintura y qué pinturas funcionaban mejor en esas superficies. Afortunadamente, la película todavía estaba en la etapa de preproducción, así que hubo tiempo para experimentar. Pudo reproducir la moda del siglo XIX en un lienzo (de la misma forma que los personajes pintados en el tazón Royal Doulton). Contó con ocho artistas textiles que pintaron las telas de forma que, aunque eran planos, se veían tridimensionales en la pantalla.
Para la escena del Royal Doulton Music Hall en la que Mary Poppins y Jack interpretan "A Cover is Not the Book" en el escenario, ambos van vestidos con trajes pintados de color rosa y morado con un corte y estilo ligeramente masculinos. Blunt lleva chaqueta y corbata de estilo masculino con una falda larga y varias capas de enaguas. Ambos llevan sombreros de bombín a juego y también bastones.
Sin embargo, el atuendo que Emily Blunt usa durante casi toda la película, así como el número de baile "Trip a Little Light Fantastic" es rojo con un sombrero azul. “No es un abrigo en sentido estricto sino un traje de dos piezas de lana roja con una falda hecha especialmente para bailar", dice Powell. Blunt lleva el traje con una blusa de algodón, un lazo de seda, un sombrero de paja azul, zapatos de baile azules y guantes azules.
Los faroleros de la década de 1930 no llevaban ningún tipo de uniforme ni otro tipo de ropa de trabajo; sólo llevaban sus trajes y sus sombreros viejos. Powell y su equipo diseñaron y elaboraron atuendos originales desde cero para cada farolero, y sus dobles... 120 en total. Pero en el caso de Jack, la diseñadora necesitaba que el personaje de Lin-Manuel Miranda sobresaliera del mar de faroleros. Su look inconfundible, el atuendo que usa en las escenas anteriormente mencionadas con Blunt, es un chaleco de lana roja y un pañuelo con una camiseta azul a rayas debajo de la camisa. “Él consiguió dar vida a la ropa que le di", afirma Powell riendo.
Topsy, la excéntrica prima de Mary Poppins, interpretada por Meryl Streep, trabaja en una desordenada y caótica tienda donde se arreglan cosas y que pone boca abajo el "Segundo Miércoles" de cada mes. Powell quería que su vestuario hablara de su trabajo y de su extravagante tienda y hacerlo lo más colorido, divertido y estiloso posible. “Como referencia, vi fotografías de damas excéntricas de cierta edad", dice. “Mujeres británicas como Edith Sitwell y Nancy Cunard y mujeres estadounidenses como Iris Apfel y otras señoras que se vestían de forma muy colorida y audaz con toneladas de maquillaje y una filosofía de 'Me da igual lo que digan'”.
Basó su look en un pijama art deco de los años 20 y creó un top de corte oriental con pantalones holgados hechos de terciopelo de seda y crêpe de seda. El departamento de vestuario tardó muchísimo tiempo en elaborarlo. Ocho personas pasaron cinco semanas realizando los estampados y pintando a mano el patrón en la tela antes de crear seis versiones idénticas.
En lo que se refiere a los accesorios, Topsy es el polo opuesto de Mary Poppins. Lleva 12 pulseras compuestas de relojes y esferas de relojes y un collar hecho con artículos que tendría en su tienda, como lápices, pinceles y bobinas para máquinas de coser.
La animación clásica
Para las aventuras sobrenaturales que viven los niños Banks con Mary Poppins, el director Rob Marshall decidió utilizar el estilo tradicional de animación dibujada a mano para crear secuencias de fantasía porque quería que el público recordara la primera película. La animación clásica en 2D es un arte en vías de desaparición, así que esta era una oportunidad única para insuflar vida a una manifestación artística clásica a la vez que se rendía homenaje a la primera película.Se contó con más 70 animadores para diseñar y crear las secuencias animadas de acción real entre los que están algunos de los mejores animadores 2D de Walt Disney Animation Studios y Pixar, muchos de los cuales abandonaron su retiro para trabajar en la secuela de un título tan clásico de Disney. Los animadores trabajaron 16 meses en el Duncan Studio de Pasadena para realizar la animación.
“Algunos de los artistas tenían 70 años y más y les gustaba tanto la animación clásica dibujada a mano que no podían dejar esta oportunidad", dice el supervisor de secuencias de animación Jim Capobianco. Y añade: "Pero también contamos con gente relativamente nueva en el sector, así que tuvimos a un maravilloso grupo de animadores trabajando juntos para crear esta animación de la vieja escuela”.
Y continúa diciendo: "Puedes sentir la magia y el arte en la pantalla, y es la misma magia que sentiste tan visceralmente en la primera película, pero la animación en 2D no estuvo exenta de dificultades. Nadie consigue el nivel de animación 2D que hicimos en esta película. Combinamos este mundo tridimensional con un mundo bidimensional e intentamos hacerlo creíble, lo que no es nada fácil”.
“Lo que hicimos fue crear un mundo a partir de los libros de PL Travers, con animales de la vida real que tienen personalidades y voces y son muy característicos de ese mundo", dice el productor Marc Platt. “Hay un tazón de porcelana Royal Doulton que es una reliquia de la familia Banks con un dibujo. Los niños y Mary literalmente se lanzan en ese tazón a un mundo mágico animado”.
Los recientes avances en tecnología ofrecieron a los realizadores la oportunidad de combinar la animación tradicional con las herramientas modernas 3D permitiendo que la cámara se moviera en todos los entornos digitales y dibujados a mano.
Al igual que en los musicales que había dirigido antes, Marshall realizó las secuencias animadas como lo hubiera hecho en cualquier película. Primero se rodó la acción real con un fondo verde, con el reparto principal interactuando con actores y bailarines vestidos con trajes verdes de pies a cabeza.
En las escenas del tazón Royal Doulton, todos los personajes con los que interactúan Mary Poppins, Jack y los niños son animales. Por lo tanto, se utilizaron figuras de tamaño natural, incluida una jirafa de 6 metros, durante el rodaje para dar a los actores, en particular a los niños, un punto de referencia. Los entornos animados de fondo, que eran más dinámicos y con mayor profundidad, se insertaron más tarde en posproducción.
En estas secuencias, Marshall y DeLuca tuvieron la oportunidad de hacer un gran número musical al estilo de Broadway en un mundo completamente animado. Y lo hicieron con "A Cover is Not the Book", interpretada por Jack y Mary Poppins en el escenario del Royal Doulton Music Hall. Toda la iluminación de la secuencia es real, como lo sería en cualquier producción teatral; después se replicó en la animación 2D.
Platt afirma: “Creo que todos los que estábamos en el set teníamos la impresión de formar parte de algo muy especial. Nos encantaba el trabajo que estábamos haciendo. Y aunque trabajamos muy duro, lo hicimos con enorme placer. Y eso gran parte se debe a que estábamos a las órdenes de Rob Marshall”.
Sólo podemos ir hacia arriba
Llevar a la pantalla grande EL REGRESO DE MARY POPPINS, una película musical original, fue una tarea gigantesca. Rob Marshall y su equipo enfrentaron numerosos desafíos, desde elaborar una nueva historia sobre la siguiente generación de la familia Banks hasta crear música nueva que pareciera fresca pero con elementos nostálgicos.El autor PL Travers creó un mundo donde hay cosas mágicas que podían suceder en la vida cotidiana hace más de 80 años, y Rob Marshall cree firmemente que este es un momento perfecto para que el público regrese a ese mundo. “El mundo atraviesa un momento muy delicado", dice. “Las personas se sienten inseguras y vulnerables, así que es importante tener algo que nos saque de nuestra existencia cotidiana y que nos recuerde que en el mundo sigue habiendo esperanza y cosas con las que maravillarse”.
“La diversión, la magia, el optimismo, la emoción, la esperanza y la alegría que aporta Mary Poppins son las mismas cosas que buscamos en nuestras vidas hoy en día", dice el productor Marc Platt. “Queremos sentirnos bien, que nos transporten a otros mundos y nos entretengan. Queremos que nos lleguen al corazón. Queremos reír y queremos llorar. Y ' EL REGRESO DE MARY POPPINS nos ofrece todo eso”.
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