EL INSULTO ("L'insulte"), la nueva película del director franco-libanés Ziad Doueiri, nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa, nos traslada al Beirut de hoy, un insulto sin importancia
alcanza una dimensión desmedida: Toni, un libanés cristiano, y Yasser,
un refugiado palestino, se enfrentan en los tribunales. Mediante las
heridas secretas y las revelaciones traumáticas, el circo que crean los
medios de comunicación que informan sobre el caso pone al Líbano al
borde de un estallido social, obligando a Toni y a Yasser a reconsiderar
sus vidas y sus prejuicios. La película se estrenará en los cines españoles el próximo 16 de marzo.
EL INSULTO es la cuarta película de Ziad Doueiri, cuyos anteriores largometrajes ya fueron reconocidos en importantes festivales. Su ópera prima 'West Beirut' fue galardonada con el Premio FIPRESCI del Festival de Toronto mientras que su anterior trabajo, 'El atentado', estrenada en 2012, consiguió la Mención Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián.
La nominación al Premio Oscar a mejor película extranjera de EL INSULTO culmina una excelente trayectoria por algunos de los más prestigiosos festivales internacionales, la película inició su andadura en los festivales de Telluride, Toronto y la Mostra de Venecia, donde su actor protagonista Kamel El Basha se convirtió en el primer actor árabe en alzarse con la Copa Volpi a la Mejor Interpretación Masculina. Asimismo, la película ganó el Premio del Público en la 31ª edición del AFI FEST, el festival anual del American Film Institute, mientras que en España la película tuvo su premiere en la 62ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolidad (SEMINCI), donde fue un de los filmes más premiados de la competición, alzándose con tres premios: el Premio del Público, el Sociograph Award 2017 a la película más emocionante del festival y el Premio Blogos de Oro.
EL INSULTO es la cuarta película de Ziad Doueiri, cuyos anteriores largometrajes ya fueron reconocidos en importantes festivales. Su ópera prima 'West Beirut' fue galardonada con el Premio FIPRESCI del Festival de Toronto mientras que su anterior trabajo, 'El atentado', estrenada en 2012, consiguió la Mención Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián.
La nominación al Premio Oscar a mejor película extranjera de EL INSULTO culmina una excelente trayectoria por algunos de los más prestigiosos festivales internacionales, la película inició su andadura en los festivales de Telluride, Toronto y la Mostra de Venecia, donde su actor protagonista Kamel El Basha se convirtió en el primer actor árabe en alzarse con la Copa Volpi a la Mejor Interpretación Masculina. Asimismo, la película ganó el Premio del Público en la 31ª edición del AFI FEST, el festival anual del American Film Institute, mientras que en España la película tuvo su premiere en la 62ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolidad (SEMINCI), donde fue un de los filmes más premiados de la competición, alzándose con tres premios: el Premio del Público, el Sociograph Award 2017 a la película más emocionante del festival y el Premio Blogos de Oro.
Nacido en Beirut el 7 de octubre de 1963, Ziad Doueiri creció durante la guerra civil y a los veinte años se trasladó a Estados Unidos para estudiar. Se licenció en cinematografía en la San Diego State University. Trabajó como ayudante y operador de cámara en Los Ángeles. En 1998 escribe y dirige su primera película, 'West Beirut', que recibió varios premios internacionales. Desde entonces sus películas han sido seleccionadas y premiadas en todo el mundo: 'Lila dice', 'El atentado' y su más reciente película, EL INSULTO. También ha dirigido la miniserie de televisión 'Sleeper Cell' para Showtime Network (2006) y 'Baron noir' para Canal + Francia.
ENTREVISTA CON ZIAD DOUEIRI
¿Tenemos que suponer que la premisa de El insulto surge de la observación de la sociedad libanesa?No, todo es más sencillo: la premisa para la película fue algo que me ocurrió realmente en Beirut hace varios años. Tuve una discusión con un fontanero, una cuestión muy banal, pero los ánimos se encendieron rápidamente y prácticamente acabé utilizando el mismo lenguaje que aparece en la película. El incidente tal vez era una cuestión banal, pero los sentimientos presentes bajo la superficie de las cosas no eran banales. Cuando usas ciertas palabras es porque tus sentimientos personales, tu lado emotivo, se ha visto impactado. Joëlle Touma, con quien he escrito el guión de esta película, estaba conmigo el día del incidente con el fontanero. Ella me convenció para que le pidiese disculpas. Al final fui a ver a su jefe para presentar mis disculpas. Cuando su jefe utilizó este incidente, entre otros motivos, para justificar el despido del fontanero, al acto asumí su defensa. Fue entonces cuando me di cuenta de que todo ello era un material espléndido para un guión.
Es un caso muy concreto…
Sí, porque había dado con una dinámica que me permitía crear una historia construida alrededor de un hecho real, pero queda fuera de control. Siempre empiezo mis película con tensión, con un incidente, por ejemplo. A partir de ahí intento ver la cadena de hechos que provoca. Siempre empiezo con los personajes: quiénes son al principio de la película y en quién se han convertido al final de la misma. En esta ocasión no tenía uno sino dos personajes principales: Toni y Yasser. Ambos tienen sus culpas, y el pasado de cada uno de ellos está caracterizado por obstáculos internos. Además, están en un entorno externo muy cargado de tensión, muy electrificado. El personaje de Toni tiene un secreto, algo por lo que pasó. Nadie quiere hablar de ello, porque es un tabú, y para él ello constituye una gran injusticia. Yasser también choca con obstáculos. La experiencia le ha enseñado a desconfiar en la justicia.
Al cabo de treinta años del final de la guerra civil, ¿dónde se sitúan las diferentes fuerzas de la sociedad libanesa? ¿Han conseguido superar las disensiones que las impelían durante los quince años de guerra civil, desde 1975 a 1990?
La guerra en el Líbano concluyó en 1990 sin ganadores ni perdedores. Todo el mundo fue indultado. La amnistía general se convirtió en una amnesia general. Por decirlo de alguna manera, metimos la suciedad debajo de la alfombra. Pero no puede haber una regeneración, una curación nacional si no nos enfrentamos a esos problemas.
¿Es por eso que acaba siendo un drama judicial?
Los dramas judiciales les permiten a los guionistas tener un lugar único en el que se enfrentan dos antagonistas. Se puede llegar, además, al enfrentamiento cara a cara. En cierta manera es una variación del western, pero en un ambiente cerrado. Es lo que he intentado recrear, teniendo en cuenta que esta película describe una especie de duelo entre Toni y Yasser.
¿Hasta qué punto un drama judicial sobre el Líbano se convierte en una película personal para ti?
De manera subconsciente, nuestro pasado nos ayuda a crear una historia, es una realidad ineludible. La justicia siempre ha sido un elemento muy importante para mi. Procedo de una familia de jueces y abogados. Mi madre es abogada y fue la consultora en materia legal de El insulto. De hecho tuvimos varias conversaciones acaloradas durante la redacción del guión de la película. Ella es muy creativa. Mi madre es increíble. Ella presionó mucho para que el palestino fuese declarado inocente en la película (ríe).
Pero, volviendo a un plano más serio, tanto Joëlle como yo estamos bien documentados sobre la historia de la guerra civil del Líbano, y sobre el precio que tuvo que pagar cada bando. De hecho, tanto ella como yo venimos de familias con convicciones políticas profundas, y con religiones distintas. Tanto ella como yo fuimos educados con arreglo a ciertos principios. Joëlle viene de una familia de cristianos que pertenecía a la Falange libanesa, mientras que yo vengo de una familia sunita que defendía la causa palestina, de una manera algo virulenta. Más adelante, como jóvenes ya adultos ambos intentamos, a lo largo de los años, comprender el punto de vista del otro. Los dos dimos con un equilibrio, una especie de justicia, en esta historia, en la que nada es ni blanco ni negro, en la que es imposible decir “aquí están los buenos y aquí están los malos”.
Eso hace que narrar resulte fascinante, ¿no?
Si tuviese que definir esta película, diría que se trata de una búsqueda de la dignidad. Los dos protagonistas han padecido grandes ataques a su honor y a su dignidad. Cada uno da la culpa al otro y lo hace responsable de sus problemas. El insulto es totalmente optimista y muy humana. Muestra los caminos que se pueden recorrer para alcanzar la paz.
¿Este juicio también es una análisis psicológico del Líbano actual?
Eso es algo que deben decidir los libaneses.
También trata del conflicto entre generaciones.
Yo incluso veo la película desde otra perspectiva: desde el punto de vista de las mujeres. Ellas tienen una visión muy diferente. Las mujeres aceptan muchos más matices. Tienen inteligencia y nos permiten alcanzar un equilibrio. En esta película las mujeres toman el control de la situación para poder moderar, para conseguir superar la situación. Imaginémonos sin un día las mujeres gobernasen el mundo árabe.
¿Esta película es comprensible para un público que no sea libanés?
Pienso que sí, porque la película tiene una dimensión universal. Yasser y Toni podrían tener cualquier nacionalidad, podrían ser de cualquier país. Insisto en que la película es muy optimista y humana. Muestra que hay una alternativa a los conflictos si se toma el camino de la justicia y del perdón.
Muy buena pelicula, con un fontanero de por medio jejeje, a mis colegas de Fontaneros en Valencia seguramente les gustará.
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