‘Celestina’ de Fernando de Rojas, con dirección de José Luis Gómez y producción de Teatro de La Abadía y Compañía Nacional de Teatro Clásico, está siendo uno de los acontecimientos más importantes de la temporada teatral, nada extraño teniendo en cuenta el equipo artístico y técnico que levanta este proyecto. Una producción dirigida con maestría por el hombre de teatro y académico José Luis Gómez que además encarna el personaje de la vieja alcahueta; una interpretación que provoca fascinación entre los espectadores durante las dos horas y media de representación. ‘Celestina’ de José Luis Gómez, a la que lleva dando forma desde hace casi un año, trasciende la comedia de costumbres o el melodrama amoroso, que son los códigos en que ha sido encorsetada en anteriores producciones. Según cuenta su director ´La Celestina’ es un tapiz de escenas en el que se hilvana una trama donde las costumbres, relaciones y sentimientos se sopesan con la misma importancia para todos los personajes (amos y criados, prostitutas y damas, padres e hijos, alcahuetas y señores, hombres y mujeres, jóvenes y viejos) sin someter la profundidad humana a la condición social. Y es por esa dimensión que alcanzan los personajes, que se desarrolla un complejo tejido urbano en donde las tensiones, los intereses y las complicidades caminan por las calles de la ciudad, enredando la circulación entre el espacio público y el espacio privado. Él mismo, junto a Brenda Escobedo, firma la ‘adecuación para la escena’ huyendo de cualquier modernización y dándole todo el protagonismo a la prosodia, una de las partes que más ha trabajado Gómez con los actores. Una experiencia teatral apasionante que estará en el Teatro de la Comedia de Madrid hasta el 8 de mayo y que ya tiene agotadas todas sus localidades. Los que no la puedan ver en Madrid tendrán que esperar a la gira que pasará por Logroño, Zaragoza, Valladolid, Cáceres o Almagro. Toda la información en la web del Teatro de La Abadía.
El director, citando a Juan Goytisolo, comenta que ‘La Celestina es el primer texto de su tiempo que se escribe sin bóveda protectora de la divinidad. Las únicas leyes que rigen el universo de ruido y de furia de este texto son las de la soberanía del goce sexual y el poder del dinero. Sujetos a los impulsos de un egoísmo sin trabas, en un mundo en donde los valores consagrados devienen en asuntos mercantiles, los personajes de La Celestina no conocen otra ley que la inmediatez del provecho’. También añade que ‘la tragicomedia tiene una terrible vigencia’ y que por tanto ‘la importancia que tiene representar una obra clásica no es únicamente el revivir nuestro hilo de tradición dramática, sino el escuchar la evolución de nuestra lengua, revisar nuestras transiciones culturales o resarcir nuestros conflictos sociales. No se trata de un ejercicio de historiografía teatral, sino de vivir esa mágica experiencia de que un texto del pasado nos hable, mejor que nadie, del presente’.
La tragicomedia presenta las lúbricas vicisitudes de Calisto, de noble linaje, y Melibea, de alta y serenísima sangre, heredera única de Pleberio, junto a sus criados y la ‘mala y astuta mujer’ Celestina. Unos personajes que toman vida gracias al minucioso y exquisito trabajo del resto del reparto formado por Chete Lera, Palmira Ferrer, Raúl Prieto, Marta Belmonte, José Luis Torrijo, Inma Nieto, Miguel Cubero, Diana Bernedo y Nerea Moreno. Unos intérpretes que, al estar tan bien afinados por su director, forman un equipo perfecto y sin fisuras. Impresiona el trabajo arriesgado que desempeñan y del que salen todos triunfando. No quiero dejar de comentar, especialmente, el trabajo de Nerea Moreno, por ser una de mis debilidades teatrales y por demostrar en cada uno de sus trabajos que es una de las grandes actrices que tiene nuestro país. Nerea es Areúsa en la ‘Celestina’ de José Luis Gómez, y no podría ser de otro modo. La actriz lleva años trabajando para grandes directores como Ernesto Caballero, Andrés Lima, José Padilla, Lluís Homar, Gustavo Tambascio o Salva Bolta. Comedia, drama, tragedia o tragicomedia. En todos los géneros se desenvuelve con maestría y todos sus personajes irradian belleza, poder y fascinación. Con Areúsa vuelve a cautivar no solo por su corporalidad sino por su exquisita prosodia y la belleza de su parlamento. Auguro a Nerea Moreno, que sigue la estela de grandes como María Asquerino, una magnífica Celestina dentro de muchos años. Talento tiene para encarnarla.
El director cuenta en una entrevista para El Cultural que ‘La Celestina es una denuncia de una sociedad tremendamente injusta; está escrita a la manera de un gran tratado moral: es un alegato contra los amores disolutos y contra el eclipse de Dios, que se aprecia en las blasfemias que pronuncian constantemente los personajes, un reflejo de lo que se cocía en la calle. Además, en esa época también se aprecia la irrupción devastadora del dinero: el enriquecimiento es la meta fundamental. La analogía involuntaria con el presente resulta obvia’.
José Luis Gómez, Premio Nacional de Teatro, Doctor Honoris Causa en el seno de la Universidad Complutense, miembro de la Real Academia de la Lengua y director fundador de La Abadía, cree que ‘Celestina’ es la tarea más fascinante en que se ha embarcado en su vida, y afirma que es ahora cuando está preparado. Una vida llena de grandes hitos teatrales y cinematográficos como el Premio en el Festival de Cannes por su papel protagonista en la película ‘Pascual Duarte’ de Ricardo Franco o sus éxitos como director del Centro Dramático Nacional, del Teatro Español o del Teatro de La Abadía. También tiene, entre otros muchos premios, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, la Cruz de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, otorgada por el Ministerio de Cultura de la República Francesa y la Cruz de Caballero de la Orden del Mérito de la República Federal Alemana, concedida por el Presidente de la República Federal de Alemania.
Alejandro Andújar junto a José Luis Gómez firman el espacio escénico inspirado en las cárceles de Giambattista Piranesi, con calles llenas de sombras y oscuridad, pobladas de gente que conspira y en continuo movimiento. La música es de Eduardo Aguirre de Cárcer inspirado en canciones de música sefardíes, el espacio sonoro es de Javier Almela y los fondos de sonido pertenecen al trabajo de campo de José María Sicilia. La iluminación es de Juan Gómez-Cornejo, el vestuario de Alejandro Andújar y Carmen Mancebo y la caracterización de Lupe Montero y Sara Álvarez quienes emplean más de una hora para caracterizar a José Luis Gómez en una mujer vieja y andrógina, con un ojo malo, cicatrices, barbas, greñas y canas; una figura poética y mítica que trasciende la identidad de género.
Gracias a todo el equipo por esta gran experiencia teatral y enhorabuena por el enorme éxito que está cosechando. Una oportunidad única para disfrutar de un gran maestro en escena.
El director, citando a Juan Goytisolo, comenta que ‘La Celestina es el primer texto de su tiempo que se escribe sin bóveda protectora de la divinidad. Las únicas leyes que rigen el universo de ruido y de furia de este texto son las de la soberanía del goce sexual y el poder del dinero. Sujetos a los impulsos de un egoísmo sin trabas, en un mundo en donde los valores consagrados devienen en asuntos mercantiles, los personajes de La Celestina no conocen otra ley que la inmediatez del provecho’. También añade que ‘la tragicomedia tiene una terrible vigencia’ y que por tanto ‘la importancia que tiene representar una obra clásica no es únicamente el revivir nuestro hilo de tradición dramática, sino el escuchar la evolución de nuestra lengua, revisar nuestras transiciones culturales o resarcir nuestros conflictos sociales. No se trata de un ejercicio de historiografía teatral, sino de vivir esa mágica experiencia de que un texto del pasado nos hable, mejor que nadie, del presente’.
La tragicomedia presenta las lúbricas vicisitudes de Calisto, de noble linaje, y Melibea, de alta y serenísima sangre, heredera única de Pleberio, junto a sus criados y la ‘mala y astuta mujer’ Celestina. Unos personajes que toman vida gracias al minucioso y exquisito trabajo del resto del reparto formado por Chete Lera, Palmira Ferrer, Raúl Prieto, Marta Belmonte, José Luis Torrijo, Inma Nieto, Miguel Cubero, Diana Bernedo y Nerea Moreno. Unos intérpretes que, al estar tan bien afinados por su director, forman un equipo perfecto y sin fisuras. Impresiona el trabajo arriesgado que desempeñan y del que salen todos triunfando. No quiero dejar de comentar, especialmente, el trabajo de Nerea Moreno, por ser una de mis debilidades teatrales y por demostrar en cada uno de sus trabajos que es una de las grandes actrices que tiene nuestro país. Nerea es Areúsa en la ‘Celestina’ de José Luis Gómez, y no podría ser de otro modo. La actriz lleva años trabajando para grandes directores como Ernesto Caballero, Andrés Lima, José Padilla, Lluís Homar, Gustavo Tambascio o Salva Bolta. Comedia, drama, tragedia o tragicomedia. En todos los géneros se desenvuelve con maestría y todos sus personajes irradian belleza, poder y fascinación. Con Areúsa vuelve a cautivar no solo por su corporalidad sino por su exquisita prosodia y la belleza de su parlamento. Auguro a Nerea Moreno, que sigue la estela de grandes como María Asquerino, una magnífica Celestina dentro de muchos años. Talento tiene para encarnarla.
El director cuenta en una entrevista para El Cultural que ‘La Celestina es una denuncia de una sociedad tremendamente injusta; está escrita a la manera de un gran tratado moral: es un alegato contra los amores disolutos y contra el eclipse de Dios, que se aprecia en las blasfemias que pronuncian constantemente los personajes, un reflejo de lo que se cocía en la calle. Además, en esa época también se aprecia la irrupción devastadora del dinero: el enriquecimiento es la meta fundamental. La analogía involuntaria con el presente resulta obvia’.
José Luis Gómez, Premio Nacional de Teatro, Doctor Honoris Causa en el seno de la Universidad Complutense, miembro de la Real Academia de la Lengua y director fundador de La Abadía, cree que ‘Celestina’ es la tarea más fascinante en que se ha embarcado en su vida, y afirma que es ahora cuando está preparado. Una vida llena de grandes hitos teatrales y cinematográficos como el Premio en el Festival de Cannes por su papel protagonista en la película ‘Pascual Duarte’ de Ricardo Franco o sus éxitos como director del Centro Dramático Nacional, del Teatro Español o del Teatro de La Abadía. También tiene, entre otros muchos premios, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, la Cruz de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, otorgada por el Ministerio de Cultura de la República Francesa y la Cruz de Caballero de la Orden del Mérito de la República Federal Alemana, concedida por el Presidente de la República Federal de Alemania.
Alejandro Andújar junto a José Luis Gómez firman el espacio escénico inspirado en las cárceles de Giambattista Piranesi, con calles llenas de sombras y oscuridad, pobladas de gente que conspira y en continuo movimiento. La música es de Eduardo Aguirre de Cárcer inspirado en canciones de música sefardíes, el espacio sonoro es de Javier Almela y los fondos de sonido pertenecen al trabajo de campo de José María Sicilia. La iluminación es de Juan Gómez-Cornejo, el vestuario de Alejandro Andújar y Carmen Mancebo y la caracterización de Lupe Montero y Sara Álvarez quienes emplean más de una hora para caracterizar a José Luis Gómez en una mujer vieja y andrógina, con un ojo malo, cicatrices, barbas, greñas y canas; una figura poética y mítica que trasciende la identidad de género.
Gracias a todo el equipo por esta gran experiencia teatral y enhorabuena por el enorme éxito que está cosechando. Una oportunidad única para disfrutar de un gran maestro en escena.
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