El Teatro Talia de Valencia tiene actualmente en su programación una de las producciones más interesantes de la nueva temporada teatral a nivel nacional. ‘Nosotros no nos mataremos con pistolas’ de Tabula rasa y Wichita Co y con texto y dirección de Víctor Sánchez Rodríguez, vuelve a Valencia como la obra revelación de 2015 después de pasar por el Frinje de Madrid. A los amigos que viven allí les animo y casi les obligo a ir porque se van a encontrar con una propuesta fresca, limpia y luminosa, pese a ser una tragicomedia que sacude y emociona. Un hallazgo realmente placentero para gozar, reír y llorar, pero sobre todo para pensar. Hasta el 13 de septiembre. Imprescindible.
Víctor Sánchez, que estudió dirección y dramaturgia en el Institut del Teatre de Barcelona, pudo estrenar su texto en versión reducida en 2012 en el Teatre Lliure; después se estrenó en Londres y finalmente en Valencia gracias a la unión de las dos compañías anteriormente mencionadas. Para terminar de financiar su proyecto se ayudaron de una campaña de crowdfunding y algunos actos especiales para recaudar fondos. Ha pasado por la Sala Ultramar, el Teatro Rialto y ahora el Talía. Un éxito que ha sorprendido a la propia compañía y que puede seguir deparando grandes sorpresas.
Una parte muy importante de este éxito son los actores. Román Méndez de Hevia, Laura Romero, Lara Salvador, Bruno Tamarit y Silvia Valero dan vida a cinco amigos que se reúnen en un pueblo del Mediterráneo un 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, después de mucho tiempo sin verse y con la necesidad de mirar hacia atrás para poner orden antes de poder continuar. La generación de los que nacieron en los ochenta muestra sus carencias y lo perdidos que pueden llegar a estar en la vida. La crisis actual ha hecho estragos en una generación, según su autor, “educada en el individualismo y con miedo a la mediocridad”. La historia de estos amigos está contada de una manera tan real que sin darte cuenta terminas por empatizar con todos los personajes, con sus deseos, anhelos, frustraciones y locuras, siendo estos muy diferentes pero muy complementarios. Tamarit, Valero y Salvador se han llevado por este trabajo los Premios 2015 de la Asociación de Actores del País Valenciá, premios merecidísimos que yo compartiría con Román y con Laura porque los cinco se retroalimentan al mismo nivel.
El espacio escénico, la iluminación, el sonido, el vestuario, la música y en general todo el equipo que forma este espectáculo realiza un trabajo muy cuidado que permite introducir al espectador en una atmósfera mediterránea muy reconocible por el público valenciano pero también muy universal, ya que lo que se está retratando es una generación desesperada y con un futuro incierto, por desgracia algo muy actual.
Me encantaría que el espectáculo volviera a Madrid para que todos los que no tuvieron la oportunidad de estar en el Frinje lo pudieran disfrutar como yo lo hice. Esperemos que un avispado programador les ofrezca esa oportunidad. Mientras tanto mis queridos valencianos podrán tener el privilegio de reflexionar y enamorarse de esta joya.
Para los que quieran debatir sobre la propuesta, el jueves 10 de septiembre se realizará un coloquio con los actores en el Teatro Talia. Gracias Víctor Sánchez por contarnos esta historia, la nuestra, la de todos los que buscan la juventud eterna. Deseo que sigan vuestros éxitos.
Víctor Sánchez, que estudió dirección y dramaturgia en el Institut del Teatre de Barcelona, pudo estrenar su texto en versión reducida en 2012 en el Teatre Lliure; después se estrenó en Londres y finalmente en Valencia gracias a la unión de las dos compañías anteriormente mencionadas. Para terminar de financiar su proyecto se ayudaron de una campaña de crowdfunding y algunos actos especiales para recaudar fondos. Ha pasado por la Sala Ultramar, el Teatro Rialto y ahora el Talía. Un éxito que ha sorprendido a la propia compañía y que puede seguir deparando grandes sorpresas.
Una parte muy importante de este éxito son los actores. Román Méndez de Hevia, Laura Romero, Lara Salvador, Bruno Tamarit y Silvia Valero dan vida a cinco amigos que se reúnen en un pueblo del Mediterráneo un 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, después de mucho tiempo sin verse y con la necesidad de mirar hacia atrás para poner orden antes de poder continuar. La generación de los que nacieron en los ochenta muestra sus carencias y lo perdidos que pueden llegar a estar en la vida. La crisis actual ha hecho estragos en una generación, según su autor, “educada en el individualismo y con miedo a la mediocridad”. La historia de estos amigos está contada de una manera tan real que sin darte cuenta terminas por empatizar con todos los personajes, con sus deseos, anhelos, frustraciones y locuras, siendo estos muy diferentes pero muy complementarios. Tamarit, Valero y Salvador se han llevado por este trabajo los Premios 2015 de la Asociación de Actores del País Valenciá, premios merecidísimos que yo compartiría con Román y con Laura porque los cinco se retroalimentan al mismo nivel.
El espacio escénico, la iluminación, el sonido, el vestuario, la música y en general todo el equipo que forma este espectáculo realiza un trabajo muy cuidado que permite introducir al espectador en una atmósfera mediterránea muy reconocible por el público valenciano pero también muy universal, ya que lo que se está retratando es una generación desesperada y con un futuro incierto, por desgracia algo muy actual.
Me encantaría que el espectáculo volviera a Madrid para que todos los que no tuvieron la oportunidad de estar en el Frinje lo pudieran disfrutar como yo lo hice. Esperemos que un avispado programador les ofrezca esa oportunidad. Mientras tanto mis queridos valencianos podrán tener el privilegio de reflexionar y enamorarse de esta joya.
Para los que quieran debatir sobre la propuesta, el jueves 10 de septiembre se realizará un coloquio con los actores en el Teatro Talia. Gracias Víctor Sánchez por contarnos esta historia, la nuestra, la de todos los que buscan la juventud eterna. Deseo que sigan vuestros éxitos.
Imprescindible
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